Alabama, Estados Unidos.- Cuando Caleb Whisnand, de 32 años, llevó a las autoridades a donde había escondido el cadáver de su bebé recién nacido -con quien comparte el mismo nombre-. En el lugar, volteó con un agente y les pidió que lo matara.
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De acuerdo con la información brindada por las autoridades de la Policía, el hombre llevó a los investigadores hasta la tumba poca profunda donde enterró a su hijo de 5 semanas de vida.
Cuando el cuerpo fue recuperado, Caleb corrió hasta su bebé sin vida, lo abrazó y le dijo que lo sentía. "Él nos llevó directamente a la tumba", dijo el detective John Shepherd.
Al inicio del caso, el padre había informado que su hijo estaba desaparecido. El hecho escaló a tal grado, que tuvo que mentir ante las cámaras de medios de comunicación pidiendo que su bebé regresase con bien a casa.
Durante una audiencia inicial, las autoridades leyeron la declaración de Caleb en la que decía que "había sido un accidente" y, en algún punto, se golpeó en la cabeza.
El hombre estaba tan arrepentido y avergonzado de lo que había pasado que cavó una tumba poca profunda para darle a su hijo una improvisada última morada.
Fuente: AL