Estados Unidos.- El aeropuerto de Kabul, en Afganistán, fue invadido por una trifulca de personas que intentaron escapar en los aviones C-17 de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos que arribaron al país de Medio Oriente durante la semana con la intención de retirar a sus tropas que desde hace 20 años invadieron la nación para derrocar al talibán, el mismo grupo radical islamistas que en la década de los años 90 impuso su régimen de terror y ahora la gente de forma desesperada intenta huir aunque les cueste la vida.
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Desde mayo, el talibán comenzó su avance en Afganistán tras el anuncio de la retirada de los soldados estadounidenses, y aunque los cálculos que se estimaron para su llegada a Kabul era de más de un año, al grupo radical tan solo le bastaron tres meses para tomar la capital de dicho país para proclamar su gobierno tras el escape del presidente afgano, Ashraf Ghani.
Varios países, entre ellos México, mostraron su preocupación por los acontecimientos que suceden en Afganistán; sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asombró al mundo al declarar que su país no debía interferir con la situación y los soldados no debían morir por una guerra en la que Afganistán no estaba dispuesto a luchar.
Los líderes de Afganistán se rindieron y huyeron del país. El ejército afgano colapsó, algunas veces sin tratar de pelear", declaró.
Tras darse a conocer la muerte de varias personas en el aeropuerto de Kabul al intentar escapar de los Talibán, estos últimos pidieron a la población no huir y que su régimen cumpliría con los derechos humanos y libertades que gozaban los afganos; asimismo, dijeron no perseguirán a nadie que ayudó a su derrocamiento hace 20 años, cuando las tropas estadounidenses invadieron el país.
- La guerra del 9/11
Afganistán devastado por guerras y conflictos internos durante la década de los 90, se convirtió en un refugio para el Osama bin Laden, quien era líder del grupo terrorista Al-Qaeda y que al que se le atribuyó el ataque del 11 de septiembre de 2001 contra los centros financieros de Estados Unidos, en Nueva York, la Torres Gemelas, así como a las instalaciones del Pentágono, en Virginia.
Un grupo de personas secuestró el primero de dos aviones comerciales Boeing 767-200 que se estrelló contra las torres gigantes del World Trade Center. Los ataques terroristas causaron la muerte de casi 3 mil personas y fue considerado el altercado más grande desde el bombardeo del ejército japonés en Pearl Harbor, en 1941.
El gobierno del entonces presidente estadounidense, George Bush, culpó al partido fundamentalista islámico, el Talibán, de proteger a Bin Laden, quien vivía en este país y con quien conservaba una alianza gracias a su apoyo para financiar su llegada al poder.
Pero la milicia talibán que gobernaba Afganistán argumentó que Bin Laden carecía de los recursos para lograr una operación de ese tipo; incluso expertos estadounidenses aceptaron que la organización terrorista era incapaz de haber efectuado dicho ataque. El gobierno talibán en ese momento se encontraba en una situación en la que solo tres países, Pakistán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, lo reconocían.
En 1996, los fundamentalistas que se autodenominan talibán (estudiantes de la religión) tomaron el control del 90 por ciento de Afganistán. Esto debido a que a finales de la década de los 80, grupos afganos se enfrentaron contra los soldados de la URSS apoyados por el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, tras la derrota de la Unión Soviética, el país entró en una lucha por el control, en el que los talibán buscaron terminar con la guerra a partir de la palabra del Islám, por lo que ganó seguidores en poco tiempo. Con su llegada al poder violentaron todos los derechos humanos.
Los castigos impuestos por el régimen talibán eran atroces y podían asesinar a los afganos por violentar sus reglas ultraortodoxas que implementaron a partir del Corán y su fe en el Islam; actos que se hicieron mundialmente escandalosos por su forma de operar, pues no aceptaban otra religión que no fuera la suya. En 2001, los talibán destruyeron dos enormes estatuas que representaban a Buda, la más alta medía más de 50 metros de alto y cerca de 40 la segunda, que fueron esculpidas entre los siglos III y V de nuestra era y consideradas patrimonio de la humanidad.
Afganistán también se convirtió en los años 90 en un país misógino que no permitía a las mujeres acceder a la educación y se les obligó a vestir con burkas; asimismo, no se les permitía salir de sus casas si no era acompañada de uno de sus familiares hombres y de no hacerlo eran golpeadas, castigadas o ejecutadas.
Existen testimonios en los periódicos de aquella época en el que se denunciaban actos atroces contra las mujeres, por lo que se pedía intervención de la ONU. La libertad de expresión también quedó prohibida en Afganistán con la llegada de los talibán, pues prohibieron la televisión, el cine, la radio, el teatro, entre otras actividades que hacían ver un regreso a la edad media al país de Medio Oriente.
El 7 de octubre del 2001, el ejército estadounidense comenzó a atacar Afganistán en respuesta por el altercado sucedido 26 días antes en las Torres Gemelas, así como por la respuesta negativa de los talibán para entregar a Osama Bin Laden, por lo que movilizaron a sus tropas aéreas para que bombardear la capital, Kabul, en donde los misiles alcanzaron el Palacio Real, una torre de televisión y los dos aeropuertos de la ciudad. El gobierno de Estados Unidos logró una alianza militar apoyada por Gran Bretaña y países miembros de la OTAN.
De acuerdo con los medios de aquella época, la respuesta estadounidense correspondía a 15 bombarderos basados en tierra, 25 aviones de combate basados en portaaviones y submarinos británicos lanzaron alrededor de 50 misiles Tomahawk contra blancos terroristas afganos. El expresidente George Bush declaró que “Bajo mis órdenes, el ejército de Estados Unidos comenzó los ataques contra los campos terroristas de Al-Qaeda y contra las instalaciones militares del régimen talibán en Afganistán”.
Meses después de los intensos combates contra los talibán, senadores estadounidenses pidieron al gobierno de Estados Unidos que el ejército norteamericano debía continuar en afganistán para asegurar el nuevo régimen luego del asesinato del vicepresidente, Haji Abdul Qadir. Así, las tropas del ejército estadounidense se mantuvieron en Afganistán durante más de 20 años, en el que más de 8 mil 500 soldados se encontraban desplegados en el país para controlar a los talibán.
- Retirada de E.E.U.U
El conflicto actual que se vive en Afganistán con la llegada de los insurgentes del talibán comienzan en 2018, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se propuso antes de 2020 regresar a los soldados a su país tras un acuerdo de paz que lo incluiría el retiro de las tropas, la reducción de la violencia por parte de los talibán, así como cumplir que el territorio no sea usado para proteger a los terroristas de Al-Qaeda u otros yihadistas.
Sin embargo, esto no se lograría hasta el 29 de febrero de 2020, cuando Estados Unidos llegó a un acuerdo con los talibán para terminar con la guerra de Afganistán, el conflicto más largo en que ha estado inmerso el ejército de Estados Unidos en donde más de dos mil 300 estadounidenses han perdido la vida. El retiro de las tropas estadounidenses venía acompañado de un regreso constante de ataques por parte de los talibán en distintas ciudades de Afganistán contra la población civil.
En el acuerdo de paz que se tenía firmado se debía retirar el ejército estadounidense en los primeros 176 días; sin embargo, el retiro fue paulatino y al momento en el que Donald Trump dejó la administración a su sucesor Joe Biden, en Afganistán había 2 mil 500 soldados norteamericanos. El primero de mayo de 2021 se debían retirar todas las tropas, pero le fue imposible al nuevo gobierno estadounidense cumplir con esta orden, por lo que lo agendó para el próximo 11 de septiembre de este año, en el 20 aniversario de las Torres Gemelas.
Joe Biden declaró que no heredaría la guerra de 20 años a su sucesor. “No pasaré esta responsabilidad a un quinto presidente”. Asimismo, dijo que se cumplieron los objetivos en el país y que su responsabilidad había terminado. El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, advirtió sobre los peligros que se corrían al dejar Afganistán, pues los insurgentes del talibán mostraron superioridad sobre el ejército afgano. Desde la retirada de las tropas estadounidenses, soldados afganos e insurgentes del talibán tuvieron enfrentamientos; sin embargo, se las Fuerzas Armadas afganas se vieron superada por los talibán, quienes en menos de tres meses lograron apoderarse de ciudades importantes de Afganistán para finalmente tomar la capital Kabul el pasado 15 de agosto.
La llegada de los talibán al poder significa para los afganos un retroceso a los sucedido en la década de los 90; por lo que las mujeres temen lo peor a pesar de las promesas del grupo radical islamista de dar libertad a la población, mientras que cientos de hombres intentan escapar por represalias en su contra, pues durante la guerra miles apoyaron a la Alianza del Norte para vencer con apoyo de Estados Unidos a los talibán, sin embargo, cometieron masacres atroces contra los insurgentes aún cuando se habían rendido.
Fuente: Staff