Indiana, Estados Unidos.- El pasado 28 de julio se reportó el fallecimiento de un niño de 4 años, identificado como Ke'Andre Shamar Jolly, quien inicialmente se creyó que había muerto por una especie de shock, pero conforme las investigaciones avanzaron, las autoridades descubrieron que el menor habría sido golpeado y el principal sospechoso es el primo del infante, identificado como Montrell Dionte Jolly, de 33.
Los hechos se registraron en el condado de Lafayette, en Indiana, Estados Unidos, hace poco más de 1 mes, cuando las autoridades acudieron al departamento de la familia, después de que se denunció que el infante habría sufrido una convulsión; fue entonces que la policía encontró al menor, quien estaba inconsciente, tampoco tenía ninguna herida visible, por lo que la justificación de Montrell resultó creíble.
Más tarde, Ke'Andre fue trasladado a un hospital, donde descubrieron que tenía las pupilas contraídas, mientras que otra parecía estar hinchada, por lo que dedujeron que el infante tenía una lesión en la cabeza. Otro dato que resultó de importancia para la investigación es que la casa en la que fue encontrado el menor estaba llena de humo y olor a cannabis. Uno de los policías que fue a recoger al infante describió también que el niño estaba mojado.
Asimismo, la policía descubrió que el baño y el lavabo tenía numerosas manchas de sangre en la pared, lo que reveló que hubo una escena del crimen que fue alterada. Mientras tanto, Ke'Andre fue enviado al hospital Elizabeth East y de ahí lo movieron en avión al Reiley Children's Hospital en Indianápolis y aunque le aplicaron una gran cantidad de tratamientos para que volviera en sí, la realidad es que esto no ocurrió y perdió la vida el 1 de agosto.
Por su parte, los médicos comenzaron a teorizar que Ke'Andre murió por lesiones o un traumatismo no accidental, lo que significaba que alguien lo habría golpeado con un objeto contundente, lo que provocó la muerte del menor. Según información del medio Crime Online, Montrell declaró para las autoridades que el día en que ocurrió todo, él estaba cuidando al pequeño e intentó disciplinarlo por ponerse mal los zapatos, así que lo castigó y lo puso a hacer "sentadillas en la pared".
Montrell reveló en la investigación que le frustraba la dependencia de su primo con su madre, por lo que le aconsejaba hacer sentadillas diariamente. Aquel día, el niño comenzó a llorar cuando se cansó de hacer ejercicio y le dijo que se pondría los zapatos correctamente. El imputado lo llevó a ponerse su calzado de nuevo, pero el infante volvió a equivocarse, así que lo llevó al cuarto de la madre del menor para supervisarlo mientras hacía las sentadillas.
El niño le pidió ir al baño, pero el sospechoso se molestó de verlo evacuar sentado, puesto esto no era "normal", ya que los niños hacen eso de pie, por lo que castigó nuevamente al menor. Las cosas dieron un giro macabro cuando, supuestamente, notó que el niño ya no lloraba, por lo que fue a verlo y descubrió que tenía sangre en la boca; fue ahí cuando llamó a la policía. Cabe señalar que el caso sigue bajo investigación.
Fuentes: Tribuna