Los Ángeles, California. - Medios como The Washington Post, The New York Times, y la agencia AP informaron este domingo que el presidente Joe Biden habría autorizado a Ucrania a emplear misiles de largo alcance ATACMS para llevar a cabo ataques limitados dentro del territorio ruso. Por su parte la Casa Blanca y el Pentágono no han confirmado oficialmente esta información, que citó a funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato.
De acuerdo con estas fuentes, la decisión de Biden responde a la creciente presencia de tropas norcoreanas en apoyo a Rusia. Se estima que unos 10 mil soldados norcoreanos de élite fueron enviados a la región de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania, para reforzar las posiciones rusas tras las recientes pérdidas territoriales.
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Washington ve el despliegue de tropas norcoreanas como un error costoso y pretende enviar un mensaje disuasorio al régimen de Kim Jong-un, para que no aumente su apoyo militar a Moscú. Además de las tropas, Corea del Norte ha estado suministrando a Rusia grandes cantidades de municiones y misiles, intensificando su participación en el conflicto.
Hay que señalar que los misiles ATACMS, capaces de transportar cabezas convencionales o de racimo, tienen un alcance de 300 kilómetros y, según The Washington Post, su empleo inicial se centraría en la región de Kursk. Sin embargo, las operaciones podrían ampliarse dependiendo de las necesidades tácticas.
Hasta hace poco, la administración Biden se oponía al uso de estas armas en suelo ruso, argumentando el riesgo de una escalada con Moscú. Sin embargo, la intervención extranjera y la urgencia de reforzar a Ucrania antes de la transición presidencial en EE.UU. parecen haber cambiado esta postura.
El Kremlin, liderado por Vladimir Putin, advirtió que el uso de ATACMS en territorio ruso sería considerado una “línea roja”. En septiembre, Rusia ajustó su doctrina nuclear, insinuando posibles represalias si la asistencia militar occidental aumentaba.
Por su parte, la OTAN condenó el despliegue de tropas norcoreanas, calificándolo como una escalada significativa en la guerra y una violación de las resoluciones de la ONU. Mark Rutte, secretario general de la Alianza Atlántica, denunció la alianza militar entre Rusia y Corea del Norte, señalando que Moscú ofrece a Pyongyang tecnología militar a cambio de su apoyo.
La autorización de los ATACMS también refleja el compromiso de la administración Biden de maximizar la ayuda a Ucrania antes del 20 de enero, cuando el presidente electo Donald Trump asumirá el cargo. Según Antony Blinken, secretario de Estado, "cada dólar disponible será destinado a fortalecer a Ucrania".
Sin embargo, expertos advierten que las reservas de estos misiles son limitadas, lo que podría restringir su impacto en el campo de batalla. Al mismo tiempo, la medida busca colocar a Ucrania en una posición sólida antes de posibles negociaciones de paz bajo la nueva administración estadounidense.
La situación continúa escalando, con implicaciones globales significativas. La alianza entre Rusia y Corea del Norte no solo prolonga el conflicto, sino que también amplifica las tensiones entre Occidente y estos regímenes. Mientras tanto, Ucrania busca aprovechar esta nueva asistencia militar para mantener su ventaja estratégica y contrarrestar el apoyo extranjero que Rusia sigue recibiendo.
Fuente: Tribuna