Chicago, Estados Unidos.- En un juicio estremecedor en el condado de Cook, Chicago, Clarisa Figueroa, conocida como 'Womb rider', fue sentenciada a 50 años de prisión por el asesinato de Marlen Ochoa-López, una joven de 19 años, y la despiadada extracción de su bebé no nacido. El veredicto se dio después de que Figueroa se declarara culpable de asesinato en primer grado.
El crimen, perpetrado en 2019 con la ayuda de su hija Desiree Figueroa, de 29 años, conmocionó a la ciudad y dejó cicatrices imborrables en la familia de la víctima. Durante el juicio, los testimonios desgarradores de los seres queridos de Ochoa-López dejaron en claro que ninguna condena sería suficiente para aliviar el dolor causado por la pérdida irreparable.
El horrendo acto se llevó a cabo bajo engaños. Figueroa y su hija atrajeron a la joven madre a su hogar bajo la promesa de ropa gratuita para su bebé por nacer. Sin embargo, una vez dentro, Clarisa estranguló a Ochoa-López mientras Desiree la distraía mostrándole fotos de su hermano fallecido. Luego, Clarisa procedió a extraer al bebé del vientre de la joven, utilizando un cuchillo de carnicero.
Después del crimen, las perpetradoras intentaron ocultar su horrendo acto envolviendo el cuerpo de Ochoa-López en plástico y desechándolo en un contenedor de basura cerca de su casa. Clarisa incluso llamó al 911, tratando de hacer pasar al bebé como propio. Sin embargo, el bebé, hijo legítimo de Ochoa-López, falleció dos meses después debido a graves daños cerebrales.
La verdad salió a la luz cuando la policía investigó la desaparición de Ochoa-López, reportada por su esposo. El hallazgo del automóvil de la víctima cerca de la casa de las Figueroa llevó a los detectives al macabro descubrimiento del cuerpo de la joven madre. Las pruebas de ADN confirmaron la verdadera identidad del bebé.
El proceso legal ha sido largo y doloroso. Las autoridades revelaron que Clarisa había urdido su siniestro plan después de sufrir la pérdida de su hijo adulto. A pesar de haberse sometido a una ligadura de trompas, fingió un embarazo y planeó obtener un bebé por cualquier medio necesario.
En el juicio, Desiree Figueroa aceptó testificar contra su madre como parte de un acuerdo de culpabilidad y recibió una sentencia de 30 años por asesinato en primer grado. Por su parte, el novio de Clarisa, Piotr Bobak, quien ayudó a limpiar la escena del crimen, fue condenado a cuatro años de prisión por encubrimiento de homicidio el año pasado.
El veredicto de 50 años de prisión para Clarisa Figueroa representa un paso hacia la justicia para la familia de Marlen Ochoa-López. Sin embargo, el vacío dejado por la pérdida de una vida joven y el sufrimiento infligido a su familia perdurará mucho tiempo después de que se cierre el caso en el tribunal.
Fuente: Tribuna