Boston, Estados Unidos.- Viajar puede resultar una experiencia estresante para las personas; sin embargo, la mayoría puede confiar en que la tripulación hará el proceso más ameno, de alguna manera. Pero, ¿qué pasa cuando no puedes confiar en que los asistentes de vuelo no cuiden de ti o de algún menor que te acompaña? Este es el temor que se activó en, por lo menos, cinco familias, cuando trascendió la noticia de que un aeromozo había estado grabando a las niñas cuando ellas entraban al interior de un baño.
Todo salió a la luz durante un vuelo de Charlotte a Boston, registrado el pasado 2 de septiembre, cuando una menor, de 14 años, se levantó de su asiento para usar el baño, pero éste se encontraba ocupado, por lo que se acercó a Carter Thompson III, quien fungía como asistente de ese vuelo en específico; éste la llevó a los baños de primera clase, pero antes de permitirle entrar, le pidió que lo esperase un momento, puesto debía entrar a lavarse las manos.
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Después de un momento, la adolescente entró al baño, pero se percató de que, en la taza, había un teléfono de la marca iPhone, sujeto con cinta adhesiva color roja, con la linterna encendida. La menor se percató de ello, por lo que le tomó una fotografía al dispositivo y regresó a su lugar para informarle a su padre lo que estaba ocurriendo. El hombre solicitó el apoyo de los demás miembros de la tripulación y comenzó la investigación.
Luego de varios meses, la policía avanzó con la investigación y determinaron que el teléfono de Thompson tenía grabaciones de tres niñas, cuyas edades oscilaban entre los 7, 9, 11 y 14 años. Asimismo, el teléfono del sujeto tenía imágenes de abuso infantil creadas a través de una inteligencia artificial, las cuales tenía guardadas iCloud. Las familias, de por lo menos, dos niñas, levantaron cargos en contra de la empresa, American Airlines y de el agresor.
Thompson fue arrestado desde el pasado mes de enero, pero hasta el momento se ha autodenominado como inocente, mientras que su defensa fue acusada de revictimizar a las infantes, puesto su alegato se basa en que las niñas son culpables debido a que no se percataron de que el teléfono estaba sujeto con cinta roja y con la linterna encendida y apuntando en dirección hacia ellas. Dichas declaraciones despertaron el descontento del abogado de las agraviadas.
“No existe ningún mundo en el que sea apropiado culpar a un niño de 9 años por haber sido filmada”, sentenció.
Fuentes: Tribuna