Nueva York, Estados Unidos. - Durante su intervención en el Debate General de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, subrayó la necesidad de llevar a cabo una “reforma urgente” del Consejo de Seguridad, a seis meses del asalto a la embajada de México en Quito por parte de autoridades ecuatorianas. El incidente, ocurrido el pasado 5 de abril, culminó con la detención de Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien había solicitado asilo político en la sede diplomática mexicana.
En su discurso, Bárcena recordó el episodio en el que fuerzas de seguridad ecuatorianas irrumpieron de manera violenta e ilegal en la embajada mexicana para capturar a Glas, quien se había refugiado en la sede diplomática desde diciembre de 2023. Para quien no lo sepa, el exvicepresidente ecuatoriano enfrentaba acusaciones de peculado, pero aseguró que estos cargos formaban parte de una persecución política en su contra.
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“El asalto ilegal a nuestra embajada en Quito fue una violación flagrante a las normas más básicas de convivencia internacional y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, denunció la canciller ante la comunidad internacional. También resaltó que este acto no solo fue condenado por México, sino también por diversos países que manifestaron su apoyo y solidaridad con el gobierno mexicano en el contexto de la crisis diplomática que derivó de este hecho.
Pero eso no fue todo, pues durante su intervención, Bárcena hizo un llamado a la comunidad internacional para no permitir que actos como el asalto a la embajada de la nación mexicana queden impunes y caigan en el olvido. En ese sentido, reiteró la propuesta de México de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, abogando por la eliminación total del derecho de veto o, al menos, su limitación en casos de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
Las instituciones y reglas que sostienen nuestro sistema internacional son la última línea antes de la barbarie. Por eso, condenamos enérgicamente las violaciones del actual Gobierno de Ecuador a las normas internacionales, con la agresión a nuestros diplomáticos y la sustracción ilícita de una persona a quien México otorgó asilo político”, aseveró Bárcena. Asimismo, subrayó que la situación de Glas sigue siendo preocupante, ya que continúa detenido y su estado de salud se ha deteriorado gravemente.
El asalto a la embajada mexicana en Quito desató una crisis diplomática entre ambos países, que desde entonces han mantenido suspendidas sus relaciones diplomáticas. Además, el conflicto ha escalado al ámbito judicial, pues México y Ecuador enfrentan un proceso en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, donde se han presentado acusaciones mutuas de violar el derecho internacional y los tratados que regulan las relaciones diplomáticas.
México sostiene que Ecuador actuó en contravención de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas al ingresar de manera agresiva a su embajada y llevarse a Glas, quien se encontraba en calidad de solicitante de asilo. Por su parte, el gobierno de Ecuador ha defendido su postura argumentando que Glas era un prófugo de la justicia ecuatoriana y que su captura era un asunto de seguridad nacional.
Bárcena agradeció el respaldo de la comunidad internacional tras el incidente, pero advirtió que casos como este ponen de manifiesto la necesidad de reformar las estructuras y los mecanismos de la ONU para garantizar que situaciones similares no se repitan.
La reforma del Consejo de Seguridad no puede esperar más. El derecho de veto debe ser eliminado o al menos restringido en casos de violaciones graves a los derechos humanos y al derecho internacional. No podemos normalizar actos de agresión contra la soberanía de los Estados y la integridad de las misiones diplomáticas”, reiteró la canciller mexicana.
En la Asamblea General, la propuesta de México recibió atención y generó un debate sobre la efectividad del Consejo de Seguridad, especialmente en temas relacionados con la protección de derechos humanos y la respuesta internacional ante agresiones a misiones diplomáticas.
Aunque hasta el momento no se ha logrado un consenso entre ambos países para restablecer las relaciones diplomáticas, México ha insistido en que el diálogo sigue siendo la mejor vía para resolver las diferencias. Sin embargo, Bárcena dejó en claro que cualquier avance en las negociaciones dependerá de que Ecuador respete el derecho internacional y garantice la seguridad de los diplomáticos mexicanos.
Fuente: Tribuna