Cañar, Ecuador.- La agenda oficial del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en la provincia de Cañar se vio alterada este 7 de octubre por un hecho violento en el que la caravana presidencial fue agredida por un grupo de individuos. A pesar del suceso, el mandatario resultó ileso y continuó con las actividades programadas para la supervisión y entrega de obras de infraestructura sanitaria en dicha región.
Según el comunicado oficial de la Presidencia de la República, un grupo de aproximadamente 500 personas interceptó el convoy, lanzando piedras contra los vehículos. La Policía Nacional confirmó la agresión con objetos contundentes, mientras que el Ejecutivo añadió que el vehículo presidencial presentaba impactos que están siendo sometidos a un análisis de criminalística para determinar si corresponden a arma de fuego.
Tras el incidente, las fuerzas de seguridad detuvieron a cinco personas presuntamente implicadas en los hechos. La ministra de Energía y Ambiente, Inés Manzano, quien se encontraba en el lugar, informó que el Gobierno procedió a presentar una denuncia formal por el delito de tentativa de asesinato contra el presidente. Asimismo, se comunicó que los detenidos serán procesados bajo cargos de terrorismo, en una clara señal de la postura del Gobierno frente a actos de esta naturaleza.
"Ecuador dice sí a la paz, sí al trabajo. Estas clases de manifestaciones violentas no son las que el país necesita", declaró la ministra, reafirmando que no se permitirá que estos actos frenen la labor del Ejecutivo. La visita del presidente Noboa a Cañar tenía como objetivo principal la entrega formal del sistema de alcantarillado de Sigsihuayco y la firma de un convenio para la construcción de un nuevo sistema en Quilloac.
Además de supervisar el avance de una planta de tratamiento de aguas residuales. En conjunto, estas obras representan una inversión superior a los 6 millones de dólares y están proyectadas para beneficiar a cerca de 26 mil habitantes, mejorando las condiciones de salubridad de la zona. El suceso sucede en un contexto de tensión social, marcado por las movilizaciones lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en rechazo a políticas económicas gubernamentales
No obstante, las autoridades han sido enfáticas en desvincular al movimiento indígena del ataque. La ministra Manzano aseguró que "las comunidades ancestrales no están involucradas", atribuyendo la responsabilidad a "células criminales que están provocando estos actos de terrorismo". Por su parte, el presidente Noboa, durante su discurso posterior en Cañar, enmarcó la agresión dentro de una disputa política más amplia, sugiriendo que detrás del acto hay sectores que se oponen a sus propuestas de reforma.
"Hay quienes quieren mantener poder en unos pocos espacios y dañan la vida de la mayoría de ecuatorianos para conseguirlo", manifestó, aludiendo a opositores a sus iniciativas de cambio constitucional y reducción del número de asambleístas. La Presidencia calificó a los responsables como "grupos desestabilizadores" que buscan impedir por la fuerza el desarrollo de obras comunitarias. Las autoridades han garantizado que la investigación seguirá su curso y que se aplicará todo el peso de la ley sobre los responsables, mientras el Gobierno Nacional asegura que continuará con su agenda de trabajo en todo el territorio.
Fuente: Tribuna
