Cajeme, Sonora.- Poco le duró el gusto de ser candidato a la presidencia, de sentirse con posibilidades reales de ser el próximo titular del Ejecutivo federal: Samuel García terminó doblado por la oposición y por la ley y no tuvo más remedio que bajarse de la contienda e intentar reasumir su cargo como gobernador de Nuevo León.
La madrugada de ayer, sábado 2 de diciembre, García envió sendos comunicados para dar a conocer que reasumiría la gubernatura, por lo que ya no buscaría la presidencia de la República. Entrando por una puerta trasera de Palacio de Gobierno, el regiomontano creyó que no habría problemas y simplemente todo volvería a su cauce habitual. El problema es que no contaba con la ley.
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Pese a ser abogado y presumir de tres doctorados relacionados con las leyes nacionales, García ni su equipo supieron entender que la licencia otorgada por el Congreso para hacer precampaña presidencial no puede finalizar por su mera voluntad. El Congreso comunicó con claridad que la suspensión provisional que un juez otorgó a García se sobreseyó, es decir, su validez fue eliminada en cuanto Luis Enrique Orozco fue designado como gobernador interino por el Poder Legislativo.
Mauro Guerra Villarreal, presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, precisó que la suspensión que se había otorgado por el Tribunal Superior de Justicia para dejar sin efectos la licencia de García Sepúlveda quedó sin efecto toda vez que asumió al cargo Luis Enrique Orozco Suárez, como gobernador interino quien sigue vigente en el cargo”, dijo el Congreso en un comunicado.
Como respuesta, pasado el mediodía, García publicó un nuevo acuerdo donde dio aviso al Congreso de que no ejercerá la licencia solicitada, asumiendo las funciones de gobernador y olvidándose de su lucha por la presidencia.
También soslayó que seguir como gobernador le impide constitucionalmente ser candidato. En resumen, cavó su propia tumba. Y el caso es que todo esto llevó a la ratificación de la licencia concedida a García para separarse del cargo de gobernador del 2 de diciembre al 2 de junio de 2024.
Doble función
El caso es que, en términos llanos, Nuevo León amaneció ayer con dos gobernadores. Orozco ingresó al Palacio de Gobierno a primera hora del sábado amparado con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que mandó a reconocer su designación en tanto se resuelve la controversia constitucional promovida para el caso. Si bien el gabinete de García ha hecho caso omiso a Orozco, quien no ha podido ejercer en términos reales porque la estructura burocrática no le responde, legalmente es el titular del Ejecutivo, aunque García haya decidido regresar por sus fueros, respaldado por los diputados de su partido.
De acuerdo con expertos juristas, García sí puede desistirse de la licencia concedida, pero no puede hacerlo a través de su mera voluntad, sino que tiene que ser por la misma vía en que la obtuvo, es decir, mediante el Congreso. Ello le llevará a negociar con la oposición, que podría con rapidez frenar la asunción de Orozco y regresar a García al cargo, pero hasta el cierre de edición no había negociaciones ni acercamientos, lo que deja a Nuevo León en el limbo político.
Su problema está en que la oposición es la que tiene las de ganar, pues no tiene interés en sesionar para reponerlo en su puesto, ya que Orozco ya tomó posesión y el fallo de la Corte les favorece.
Dudas
Mientras todo eso ocurrió, Movimiento Ciudadano y López Obrador se quedaron sin su esquirol, por lo que habrá un giro de guión a la brevedad, aunque se desconoce cuál, ya que las opciones escasean. Se ha hablado de que Jorge Álvarez Máynez, coordinador de la campaña de García, será el nuevo candidato, pero tampoco se descarta que el líder del partido, Dante Delgado, cumpla su sueño de aspirar a la presidencia.
Los más osados abrieron la posibilidad de que Marcelo Ebrard recule a su nuevo acercamiento con Morena y tome la bandera naranja, para así aparecer en la boleta presidencial, su objetivo primordial desde que dejó la Cancillería. El caso es que la poca asepsia política dejó a Nuevo León en crisis, y al mismo tiempo mostró las costuras de un Movimiento Ciudadano tan frívolo que se prestó al juego presidencial.
Fuente: Tribuna