Culiacán, Sinaloa. - En un giro alarmante en la crisis del fentanilo, los cárteles mexicanos, particularmente el Cártel de Sinaloa, han comenzado a reclutar estudiantes universitarios de química para fortalecer sus operaciones de producción de drogas sintéticas. Estos grupos delictivos han identificado en los jóvenes con formación académica en química una fuente de talento clave para mejorar la potencia del fentanilo y desarrollar precursores químicos esenciales.
Sin embargo, hay que decir que el reclutamiento no es fortuito. Un reclutador del cártel se coló en un campus disfrazado de conserje para acercarse a un estudiante de segundo año de química. “Nos contaron que eres bueno en lo que haces. Tú dices si te interesa”, le dijo al joven, según relató el propio estudiante. Esta táctica es solo una de las muchas que el Cártel de Sinaloa emplea para atraer a estudiantes, ofreciéndoles sueldos considerablemente superiores a los del mercado laboral formal.
Te podría interesar
Los estudiantes reclutados desempeñan un papel crucial en los laboratorios clandestinos del cártel. Algunos trabajan en experimentos para aumentar la potencia del fentanilo, mientras que otros intentan sintetizar precursores químicos, una tarea que podría liberar al cártel de la dependencia de importar estos compuestos desde China. Según un informe de inteligencia mexicana filtrado en 2020, el cártel comenzó a buscar químicos capacitados y profesores universitarios debido a las interrupciones en las cadenas de suministro provocadas por la pandemia de COVID-19.
El New York Times, medio que hizo esta investigación, entrevistó a varios cocineros de fentanilo, estudiantes de química, un profesor universitario y agentes de seguridad estadounidenses, quienes confirmaron la creciente participación de jóvenes químicos en estas operaciones.
Uno de los estudiantes, de 19 años, compartió que accedió a trabajar para el cártel porque necesitaba dinero para financiar el tratamiento contra el cáncer de su padre. A pesar de sus reticencias iniciales, fue llevado a un laboratorio oculto en las montañas, donde comenzó a trabajar en la fabricación de fentanilo. Otro estudiante mencionó que sus experimentos estaban enfocados en desarrollar precursores químicos, un proceso que calificó como extremadamente peligroso tanto por las sustancias empleadas como por la posibilidad de represalias violentas por errores.
Si no les gusta cómo lo haces, te pueden llegar hasta a desaparecer”, confesó el joven.
Además, un profesor de química de una universidad en Sinaloa también confirmó el fenómeno, destacando que algunos estudiantes se matriculan específicamente para aprender técnicas aplicables a la producción de drogas. El docente relató que ha detectado a alumnos interesados en fabricar drogas por sus preguntas específicas durante las clases. “A veces me preguntan: ‘¿Cuándo nos va a enseñar a hacer cocaína y otras cosas?’”, dijo.
El control total de la cadena de producción de fentanilo por parte de los cárteles podría marcar el inicio de una nueva etapa en la crisis de opioides, según las autoridades estadounidenses. Esto permitiría a los grupos delictivos aumentar la producción de manera independiente y acelerar el flujo de drogas hacia Estados Unidos. La tarea no es sencilla: sintetizar precursores químicos desde cero requiere habilidades avanzadas y representa riesgos significativos tanto para los productores como para los reclutados.
Fuente: Tribuna