San Fernando, Tamaulipas. - Once miembros del cártel de Los Zetas fueron condenados a 50 años de prisión cada uno por su participación en el asesinato de 122 personas en San Fernando, Tamaulipas, en un hecho que conmocionó al país. La sentencia fue dictada por el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en Tamaulipas, según informó la Fiscalía General de la República (FGR) en un comunicado.
Los crímenes ocurrieron en 2011, cuando las víctimas, que viajaban en autobuses, fueron interceptadas y bajadas a la fuerza en San Fernando. Posteriormente, sus cuerpos fueron encontrados en 14 fosas clandestinas, 12 de las cuales se ubicaron en la brecha El Arenal del ejido La Joya y las dos restantes en una brecha detrás de la colonia Américo Villarreal.
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Entre los sentenciados se encuentra Martín Omar Estrada de la Mora, alias ‘El Kilo’, quien era jefe de plaza de Los Zetas en San Fernando. Estrada de la Mora fue detenido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el 16 de abril de 2011 y estaba implicado en varias masacres, incluida la de 72 migrantes en agosto de 2010, así como en los asesinatos del agente del Ministerio Público, Roberto Jaime Suárez Vázquez, y del secretario de Seguridad Pública de San Fernando, Juan Carlos Sánchez Suárez.
Otro de los condenados es Salvador Alfonso Martínez Escobedo, alias ‘La Ardilla’, identificado como uno de los autores intelectuales de la masacre de 72 migrantes y responsable de al menos dos fugas masivas de cárceles en 2010 y 2012. Cabe señalar que Martínez Escobedo fue capturado en noviembre de 2015 tras un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Además de ‘El Kilo’ y ‘La Ardilla’, los otros sentenciados son Luis Manuel ‘S’, alias ‘Gordo Flow’; Sergio ‘C’, alias ‘El Diablo’; Samuel ‘M’, alias ‘El Chiquilín’; Erick Rubén ‘Z’, alias ‘El Guacho’; José Mauro ‘O’, alias ‘El Vegueta’; Jhonny ‘T’, alias ‘El Sombra’; Juan Pablo ‘C’, alias ‘El Cacharpas’; Víctor Cuitláhuac ‘M’, alias ‘Comandante Degollado’; y Elfego ‘C’.
Hay que señalar que las investigaciones en contra de estos criminales comenzaron en abril de 2012, un año después del descubrimiento de las fosas clandestinas. Las primeras órdenes de aprehensión se ejecutaron en febrero de 2015, mientras que otras se llevaron a cabo en 2017, dentro de diversos centros penitenciarios federales donde los acusados ya estaban recluidos.
Este caso es uno de los más atroces en la historia reciente de México y dejó una profunda marca en el país, simbolizando la violencia extrema y el terror que Los Zetas impusieron en gran parte del territorio nacional. La sentencia de estos 11 individuos representa un paso importante en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias, aunque el impacto de sus crímenes sigue siendo un doloroso recordatorio de la brutalidad del narcotráfico en México.
Fuente: Tribuna