Sonora.- Uno de los triunfos más recientes de la lucha Yaqui por defender su territorio empezó desde 2014, año en que los habitantes de la Loma de Bácum se opusieron a la construcción del Gasoducto Sonora que recorre desde Guaymas hasta el poblado de El Oro, Sinaloa. De sus 331 kilómetros, 90 se extendían a lo largo del territorio Yaqui.
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A causa de los conflictos sociales que ha generado la construcción de los gasoductos Guaymas-El Oro y que va de Tuxpan, Veracruz, hacia Tula, Hidalgo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que se harán cambios de rutas para concluir las construcciones
Además, la CFE indicó que se encuentra negociando para que sea ella quien concluya los tramos faltantes, la cual se encargará de la inversión que podría superar los 300 millones de dólares para ambos tramos, los cuales suman un total de 210 kilómetros.
La obra Guaymas-El Oro para distribuir gas natural está a cargo de la empresa IEnova y ha provocado constantes enfrentamientos con la Tribu Yaqui, debido a que el gasoducto estaba planeado para que cruzara por su territorio y los habitantes alegaron que podría convertirse en un riesgo para ellos.
De acuerdo con Miguel Santiago Reyes, director general de las filiales CF Energía y CFE Internacional, en una reunión con el pueblo indígena, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció hacer un cambio de trazado de entre 70 y 90 kilómetros, según la nueva ruta que se planee.
En el caso de Guaymas-El Oro es un problema con la comunidad Loma de Bácum a quién respetamos, y ya estamos trabajando con ellos para que pueda cambiarse el trazo conforme a un acuerdo; este tramo lo va a construir CFE, va a ser propiedad de la Comisión. Aún no se ha hecho nada pero ya estamos en un proceso de negociación", dijo Miguel Santiago.
La estatal ha decidido modificar las rutas por donde pasarán los gasoductos para lograr que estos sean concluidos antes de 2024, cuando termine el actual sexenio, detalló Reyes Hernández.
- La historia del conflictivo proyecto
En la última década, el mercado internacional y mexicano de gas natural se ha caracterizado por un mayor consumo, resultado de los beneficios ecológicos y económicos que ofrece respecto a otros combustibles, lo que lo ha llevado a convertirse en la tercera fuente de energía primaria más importante de consumo.
El transporte de gas natural a través del territorio nacional se efectúa por medio de un sistema integrado por gasoductos de diferentes diámetros y longitudes, trampas de diablos, válvulas de seccionamiento, válvulas troncales, pasos aéreos y cruces de ríos, de carreteras y de ferrocarriles. La red de gasoductos del país está constituida por el Sistema Nacional de Gasoductos (SNG) y el sistema Naco-Hermosillo, ambos pertenecientes a PEMEX Gas y Petroquímica Básica (PGPB). Asimismo, lo integran gasoductos privados, en algunos casos fronterizos interconectados con el sur de Estados Unidos, otros conectados al SNG o aislados.
Hasta hace diez años, la región noroeste del país se caracterizaba porque no se encontraba conectada al Sistema Nacional de Gasoductos (SNG) y, por ende, no tenía acceso a la producción nacional. Así, el consumo regional total hasta 2007 había sido abastecido por importaciones provenientes del sur de EUA hacia Baja California y Sonora, debido a que éstos cuentan con infraestructura de suministro del hidrocarburo. En 2008, la región diversifica su abastecimiento con la entrada en operación de la Terminal de GNL de Ensenada en el estado de Baja California.
En octubre de 2012, la división mexicana de Sempra International firmó un contrato por 25 años con la Comisión Federal de Electricidad de México para construir, poseer y operar el proyecto Guaymas-El Oro. El gasoducto, cuya construcción estuvo lista en gran parte para mayo de 2017, se interconecta con el de El Oro-Mazatlán y está trazado para ser un componente fundamental del sistema de distribución de gas natural para el norte-noroeste de México.
La construcción del gasoducto Guaymas-El Oro se basaba en el argumento de que el crecimiento de la demanda de gas natural en la región noroeste sería considerable. Según las estimaciones hechas por las autoridades en 2011, en el caso específico de Sonora, la demanda de Gas Natural aumentará 10.6 por ciento promedio anual en el periodo 2011-2026. En Sinaloa, que inició su consumo eléctrico de gas natural en 2015, mostrará una tasa media de crecimiento anual de 38.2 por ciento hasta el final del periodo.
EI proyecto original de gasoducto Guaymas-El Dorado tiene contemplado recorrer el trayecto entre Sonora y Sinaloa, pasando por los municipios sonorenses de Guaymas, Empalme, Bacum, Cajeme, Navojoa, Huatabampo y Álamos y El Fuerte, en el estado de Sinaloa, para el Trazo Guaymas
Tres meses después de que entrara en operaciones el primer tramo del gasoducto, en agosto de 2017, su funcionamiento se detuvo, luego de un sabotaje cometido por grupos del pueblo yaqui que se oponían a su operación.
El gasoducto Guaymas-El Oro estaba diseñado para medir 330 kilómetros, 18 de los cuales atravesarán el territorio de la comunidad yaqui de Loma de Bácum. Este proyecto forma parte en realidad de uno mayor, el Gasoducto Sonora de 835 kilómetros en total, que contempla la construcción de otro tramo, el de Guaymas-El Sásabe con una extensión de 505 kilómetros.
- El territorio intocable
Si hay algo que se ha mantenido constante en la historia del pueblo Yaqui durante siglos es la lucha por la defensa de su territorio y recursos naturales. Los últimos tres lustros han sido de esa manera, una batalla continúa por la sobrevivencia y el respeto a sus tierras.
Desde 2010 con el Acueducto Independencia, en 2013 con el Gasoducto de Sonora, hace cuatro años, en 2017, cuando el consumo de drogas aumentó dentro de la etnia y ahora, en 2021, luchan contra los proyectos de extracción de minerales y el asedio del crimen organizado.
Desde 2014 los habitantes de la Loma de Bácum se opusieron a la construcción del Gasoducto Sonora tramo Guaymas-El Oro, de 90 kilómetros de largo en el territorio Yaqui, administrado por la empresa IEnova, la cual es filial de la transnacional Sempra Energy en Estados Unidos.
Durante seis años los habitantes de Loma de Bácum vivieron constantes amenazas por oponerse, ejemplo de ello es el encarcelamiento de Fidencio Aldama. Hasta el 21 de octubre de 2016, cuando dos facciones se enfrentaron en la comunidad, dejando como saldo dos muertos, 10 heridos, 11 vehículos quemados y una tubería arrancada, una parte de la comunidad sustentaba que el proyecto gasífero amenazaba la vida de 20 mil personas, para el otro grupo el ducto traería desarrollo.
En 2017, la etnia ganó un amparo ante el juzgado séptimo del distrito de Ciudad de Obregón, la obra quedó suspendida hasta tener el consentimiento de los ocho pueblos.
Los integrantes del pueblo originario dicen que jamás acordaron la construcción de una sección de gasoducto que cruce por su territorio. En una protesta en agosto de 2017, los integrantes de la comunidad utilizaron una retroexcavadora para extraer 8 metros de la obra, lo que interrumpió la operación y perpetuó la batalla legal en curso con IEnova.
El 14 de junio, en base al Plan de Justicia para la Tribu Yaqui, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ofreció desviar el gasoducto, afirmando que tenían que llegar a acuerdos por el beneficio de México, ya que, “el presupuesto no es dinero del Gobierno, es dinero del pueblo” y se comprometió a desviar el tramo del gasoducto para evitar el estancamiento del tramo Guaymas-El Oro.
¿Por qué hay protestas? Porque no se les consultó, se tomaron acuerdos, se hicieron negocios, sobre todo empresas particulares aseguraron la venta de gas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE)", comentó el presidente sobre el gasoducto en su conferencia de prensa matutina del 7 de agosto, desde Baja California Sur.
Ese mismo día, López Obrador explicó que anteriormente se firmaron contratos entre empresas y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la compra de gas y la construcción de gasoductos, cuyos contratos fueron leoninos porque fueron jugosos para las empresas.
Añadió que dichos contratos fueron malos para la hacienda pública, puesto que al final, cuando estos terminen, los gasoductos no serán de la CFE, sino que se los quedarán las empresas y le encargó a la comisión asuma la responsabilidad porque los yaquis "no quieren nada con las empresas" debido al trato que se le dio a la comunidad.
- ¿Qué sigue?
La tribu logró la cancelación del proyecto que será desviado por la Sierra del Bacatete, pese a que solo faltaban siete kilómetros de interconexión, lo que implica un elevadísimo costo que absorberá la CFE y las posibles demandas que vengan de la constructora.
Aunque faltaban seis kilómetros, se proyecta que con la nueva ruta de Guaymas-El Oro se tendrán que construir entre 70 y 90, ligeramente abajo del rango de 90 y 120 kilómetros estimados para el gasoducto de Tuxpan-Tula.
El director de CFE Internacional y CFE Energía, Miguel Santiago Reyes, refirió que la construcción de un kilómetro de gasoducto ronda entre un millón y millón y medio de dólares. De esta forma, la desviación del tramo Guaymas-El Oro podría salir hasta dos mil 500 millones de pesos más cara que siguiendo su ruta original.
Para la construcción de los tramos que restan de estos gasoductos, la CFE busca asociarse con las empresas a cargo, evaluación que ya autorizó su Consejo de Administración. Hasta ahora, ninguna de las concesionarias se ha pronunciado contra las modificaciones anunciadas por la comisión.
Al anunciar la nueva ruta, Miguel Alejandro López López, subdirector de Contratación y Servicios de CFE, detalló que cuando inició la presente administración había siete gasoductos para uso pendientes y se ha resuelto la problemática de cuatro.
Dijo que en la pasada administración hubo una falta de planeación significativa, pues cuando se implementó el plan de infraestructura, a partir de 2013, se hizo de forma masiva para comunicar las plantas de generación de electricidad. El proyecto, denuncia, se habría desarrollado sin cuidado ni con una planeación necesaria para utilizar de forma eficiente lo que sería la capacidad contratada.
También explicó que gracias a la renegociación de cinco contratos de transporte de gas natural se tuvo un ahorro por cuatro mil 342 millones de dólares; el gasoducto de IEnova, 287 millones de dólares; Gaza, con 33 millones de dólares; sistema TGNH, con 839 millones de dólares; Terminal de Licuefacción de Altamira (TLA), con 370 millones de dólares; e ingresos adicionales por suministro de molécula, con 300 millones de dólares.
Fuente: Staff