Ciudad Obregón, Sonora.- "Tal vez la ciudad, el estado y el país se olviden de mi papá algún día no tan lejano, pero yo no, nunca lo olvidaré, siempre me hará falta y seguiré honrando su legado hasta el final de mi humilde vida", escribe Mónica Murrieta, hija del exprocuerador de justicia en Sonora, en su cuenta de Twitter.
Ese espacio, entre lo inmenso del Internet y la red social más tóxica del momento, se ha convertido en su lugar seguro para sobrellevar el duelo. Desde el asesinato de Abel Murrieta, el pasado 13 de mayo, todo lo que queda es mucho dolor y silencio.
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Cada día es más difícil que el anterior. “Sólo tú y yo sabemos lo mucho que te amo y extraño, con todas tus cosas, la lluvia y el sol”. Las líneas que Mónica escribe en redes sociales dibujan solo una parte de cómo era su relación, pero alcanza lo suficiente para darse cuenta de que un gran pedazo de su vida le fue arrebatado. Ella, está segura de eso. “Mi papá no se fue, me lo arrebataron. Jamás me habría dejado por voluntad propia”.
- Dolor constante
El Twitter de Mónica, que antes era utilizado para inmortalizar momentos de su vida, es ahora un recordatorio de la grave situación de inseguridad por la que atraviesa Cajeme. El reclamo es directo a las autoridades, al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora Claudia Pavlovich.
“Cada jueves alrededor de las 5:00 de la tarde se me revuelve el estómago y se me hunde el corazón. 3 semanas sin mi papá en este mundo, nos hace falta”, señala. En redes sociales la frivolidad y la inmediatez no da espacio al dolor. Pero Mónica ha encontrado en cada publicación mensajes de apoyo y solidaridad, que recuerdan a su padre como lo era: un gran hombre. “Papá te mando el beso y el abrazo que me faltaron hasta el cielo. Te extraño, extraño todo. 4 semanas sin ti y con el corazón roto”.
- Silencio y nada más
Desde el trágico día la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE), prometió investigar el crimen por dos líneas de investigación por haber sido un ataque planeado y directo contra Murrieta. La propia Claudia Indira Contreras Córdova se trasladó a Ciudad Obregón ese mismo día para resolver el caso, sin embargo, hoy todo se ha convertido en humo.
TRIBUNA intentó comunicarse con la encargada de Comunicación Social de la FGJE para pedir información (publicable), sobre posibles avances. Hasta el cierre de la edición, Lupita Orduño, no contestó el mensaje de TRIBUNA.
A nivel federal, los únicos avances que Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad y Protección Ciudadana, compartió fue el pasado 21 de mayo en la mañanera del presidente. Rodríguez mencionó que sería el estado quien informaría de los avances, pero que ya había.
- “Te amo, te sigo amando”
Su esposa Mónica Morales, compañera de los buenos momentos, los no tan buenos y los muy buenos también utiliza sus redes para darse fuerza, para vivir un día a la vez. “Se llegó el día Abel. Ese que tanto soñaste que no te dejaron concretar. Saldré a votar, con la gran pena de lo que pudo ser y no fue. Saldré a votar porque así lo hubieras querido. Saldré a votar porque es nuestra obligación. Como siempre me decías: tú eres la única persona que realmente me conoce. Y con ese sentimiento de causa sé el gran amor que tenías por Cajeme”.
- A 4 semanas del artero crimen
El asesinato del candidato de Movimiento Ciudadano y exprocurador de Justicia pudiera tener muchas lecturas políticas. Más allá de eso, es perfecta radiografía, de que el crimen organizado en Cajeme ha secuestrado los espacios públicos. Esa tarde Abel Murrieta se encontraba haciendo actos de campaña en uno de los cruceros más transitados de la ciudad, las calles Guerrero y California. No importó la hora, ni el lugar para cometer el crimen. En su última entrevista con TRIBUNA, Abel Murrieta, había reprobado la situación.
“Vemos con tristeza que la autoridad es muy indolente, por ejemplo cuando hablan de colaterales, yo de frente les digo son víctimas inocentes, no colaterales, la autoridad tiene miedo a decir que falló y que está muriendo gente inocente. También cuando dicen que estamos en el momento y lugar equivocado, no, los ciudadanos honestos y trabajadores, no tenemos porque estar en el momento y en el lugar equivocado.
Las calles y plazas, los espacios públicos y restaurantes son de la gente trabajadora, no son de los delincuentes”. Se cumple un mes de su asesinato. Mientras su esposa, hijos y familia, luchan para sobrellevar el dolor. Amigos y sociedad piden que su caso no sea una estadística más, una carpeta más, una víctimas más.