CIUDAD OBREGÓN

Tribu Yaqui bajo la mira del crimen; la guerra es por su territorio

Criminales toman la vida de miembros de la Tribu, usan el territorio sagrado e imponen su ley con impunidad absoluta. Las autoridades federales se limitan a presumir un plan de justicia que solo le interesa a Palacio Nacional

Tribu Yaqui bajo la mira del crimen; la guerra es por su territorioCréditos: Tribuna
Escrito en SONORA el

Ciudad Obregón, Sonora.- La persecución contra la Etnia Yaqui existe desde que la Tribu tiene uso de razón. Ha sido constante, en 1533 con la llegada de los españoles, el etnocidio ordenado por Porfirio Díaz entre 1876 y 1910, y hoy en 2021, viven bajo la mirada del crimen organizado que los mata y los entierra en fosas clandestinas. 

La escalada de violencia en el territorio Yaqui no es reciente. La introducción de las drogas, especialmente el crystal, y la pelea de los diferentes grupos criminales por el territorio ha provocado que la Etnia Yaqui quede en medio de una guerra. 

Desde mayo a la fecha, la Tribu ha sido testigo de varios crímenes en contra de los miembros de su comunidad. El 2 de mayo pasado, Agustín ‘El Roque’ Valdez, jefe de vigilancia de la Guardia Tradicional de la Tribu Yaqui e hijo de Guillermo Valdez Castillo, gobernador tradicional de Loma de Guamúchil, fue acribillado a balazos por sicarios. 

Al día siguiente el pueblo de Guamúchil fue amenazado por un grupo criminal. También a mediados de mayo, Pablo Hernández García, miembro del pueblo de Vícam de la Tribu Yaqui desapareció. El 8 de junio Luis Urbano Domínguez Mendoza, líder de la Tribu Yaqui, fue asesinado en el Centro de Ciudad Obregón. El 21 de junio de 2021 se confirmó que el cuerpo hallado en la comunidad de Vícam días antes correspondía a Tomás Rojo Valencia, líder de la Tribu Yaqui, desaparecido en la mañana del 27 de mayo de 2021. 

El cuerpo de Tomás Rojo fue encontrado en una fosa clandestinas.

Estos hechos se dan en el contexto de aumento de la violencia en los municipios de Guaymas, Empalme y Cajeme (los tres municipios con un incremento notable de homicidios dolosos desde hace tres años, especialmente Cajeme), en donde se ubica el territorio de la Tribu Yaqui. 

Estos hechos han trascendido por la importancia de las personalidades al ser activistas pero no son los únicos ocurridos. De acuerdo con el vocero de la Etnia Mario Luna, en una entrevista otorgada para un medio de comunicación local, hay más de 20 jóvenes desaparecidos en territorio Yaqui, los cuales estarían vinculados al crimen organizado o habrían caído en “garras” de las drogas.

Vícam pueblo, la comunidad vive con el temor ante la presencia del crimen organizado.

Es tan sencillo como buscar en Google tres palabras claves: ‘Vícam, desaparecidos y fosa’ para darse cuenta de que son decenas de casos, uno de los más sonados fue el de Noel Alejandro, Jesús Javier y Álvaro Ortiz quienes el pasado 3 de mayo desaparecieron en Vícam y días posteriores fueron hallados en una fosa clandestina.  

  • Tierra del narco

Vícam, uno de los ocho pueblos Yaquis y donde se concentra la mayor población, es tierra de nadie; la vigilancia es nula, el temor de sus pobladores es mucho y la justicia no la conocen. TRIBUNA acudió al sitio y entrevistó a varios integrantes de la Etnia de los cuales no se revelará información personal para cuidar su seguridad. 

“Lo que nos preocupa es la inseguridad”, comentó la mujer entrevistada. “¿Por qué? ¿A qué tipo de inseguridad se refiere?”, cuestionó TRIBUNA. “Al narco”, respondió tajante. “Matan y desaparecen”. El otro entrevistado (hombre), al lado de la mujer la interrumpe para explicar la situación, “ya no es seguro andar por nuestros propios caminos porque te los encuentras (al narco), esto es porque ellos quieren quedarse con nuestro territorio.

Ahí andan”. TRIBUNA les cuestiona el motivo, ambos sin responder de manera directa dan a entender que es para pasar su mercancía (la droga). Por lo extenso del territorio es un punto clave, para la movilización del producto. “¿Y la Policía?”, se les preguntó, “ni se ven patrullas aquí, no hay. Si a Tomás (Rojo Valencia), un líder de nuestra Etnia, una figura importante, le pasó eso, ¿qué nos puede esperar?, es preocupante”, afirmó.

Otro entrevistado, también confiesa que se han visto obligados a abandonar sus tierras (a las afueras del pueblo), “un día llegaron y nos pidieron que nos fuéramos, que ahora ellos eran los dueños. Como los ves armados pues prefieres no decir nada. Así la situación, tomas tus cosas a tu familia y te vas”.

El pasado 22 de junio, una historia similar se vivió en Loma de Guamúchil (perteneciente al pueblo Yaqui de Cócorit), cuando el crimen organizado rafagueó una vivienda. El padre de familia pidió la ayuda de los policías para poder sacar a sus hijos y esposa e irse a otro lugar de Cajeme a vivir. El entrevistado afirmó que la Etnia ya ha vivido episodios de desplazamiento forzado, “esta vez es el crimen organizado que nos obliga a hacerlo. Nuestros jóvenes están siendo víctimas de las drogas o el crimen los pone a trabajar para ellos, porque son mano de obra barata”. 

“¿Tienen ustedes conocimiento del Plan de Justicia?”, preguntó TRIBUNA para llevar la conversación hacia la construcción de la Universidad Intercultural Yaqui. La respuesta de los entrevistados es vaga, conocen muy poco. No saben qué contempla y tampoco saben por qué el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), no le ha dado a conocer a toda la tropa Yoeme (los ciudadanos de a pie dentro de la Etnia), todo.

Denunciaron que poco se sabe de cuáles son los puntos que contempla el Plan del presidente Andrés Manuel, también acusan que al preguntarlo con sus autoridades estas no lo conocen del todo. Sin embargo, una vez más las respuestas de los entrevistados se giran al tema de seguridad. “Yo no sé cómo van a ir los jóvenes hasta allá, si está muy lejos y es inseguro. Por esos caminos anda el narco”, acusaron. TRIBUNA les comentó de la intención que tenía de ir a tomar fotos a la construcción y al unísono respondieron: “no es seguro que vayas para allá”.

  • Violencia los alcanza

La actual situación por la que pasa la Etnia ha sido retratada por Sergi Pedro Ros, director y productor ejecutivo del documental ‘Laberinto Yo’eme’. Este trabajo es un retrato acerca de lo que le ha venido sucediendo y sucede aún al pueblo Yaqui.  La violencia ejercida e injusticias, además de intereses económicos y el profundo racismo que pervive en México. Sergi enfatizó que en estos tiempos de violencia que se están viviendo en gran parte del estado, es muy importante hablar sobre el ataque que se está ejerciendo en contra de los Yaquis, pues está habiendo un genocidio contra la Tribu.

“La película es una denuncia acerca de una introducción salvaje de drogas y crimen organizado, es una denuncia del despojo de agua. Mi trabajo en sí es una denuncia a lo que está sucediendo, y personas que han participado en esta película han sido desaparecidas y asesinadas. Están sucediendo crímenes de lesa humanidad en el Territorio Yaqui, toda una realidad que yo intento retratar en mi trabajo como cineasta, y esa realidad es la más importante”.

También Guillermo Fernández-Maldonado, representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), ha condenado los hechos ocurridos llamando a las autoridades de los tres niveles de Gobierno a frenar la violencia en la comunidad Yaqui. 

“En México, los pueblos indígenas son víctimas de la violencia de diferentes actores, incluido los grupos del crimen organizado, quienes buscan tener el control de su territorio. Los liderazgos de estos pueblos están más expuestos a represalias y acciones violentas debido a su visibilidad por la defensa de sus derechos al territorio y cosmovisión. Su asesinato o desaparición tiene un efecto amedrentador sobre los pueblos indígenas, que impide el libre ejercicio de sus derechos humanos”. 

A estos reclamos se han sumado más de 39 organizaciones nacionales e internacionales para que los recientes hechos ocurridos sean esclarecidos y se haga justicia. “Las autoridades de Sonora y el Gobierno Federal han sido omisas en garantizar la integridad del territorio y los derechos humanos del pueblo Yaqui y de sus defensores”.  

  • Lucha por el agua 

Por décadas los Yaquis han luchado por frenar los megaproyectos que pasan por sus tierras y para que se respete el derecho que tienen a la mitad del agua del río que cruza su territorio (lo que se estableció en el decreto emitido por el presidente Lázaro Cárdenas en 1940). Actualmente hay sectores de la comunidad que carecen del acceso al agua, en Vícam (por ejemplo), el agua es de pozo y se bombea, aunque en el pueblo principal sí tiene el servicio, se podría mejorar más. Hay regiones donde no tienen como Vícam Switch o Pótam, además el agua contiene altos niveles de arsénico, que a la larga provocan cáncer. De esta lucha Tomás Rojo Valencia era uno de los máximos representantes.

Desde 2012, él (Rojo Valencia) y Mario Luna se enfrentaron al entonces gobernador panista Guillermo Padrés Elías por la construcción del Acueducto Independencia. En su texto ‘Los sueños del Yaqui Tomás Rojo Valencia’ publicado para La Jornada el investigador del Colegio de San Luis, Juan Carlos Ruiz Guadalajara, comentó sobre como Tomás deseaba una coexistencia armónica entre los Yaquis y los Yoris (los no Yaquis), pero también del tema del agua. “La más reciente preocupación de Tomás estaba en las intenciones del Gobierno Federal por imponer el Plan de Justicia para la Tribu Yaqui a cambio de aceptar el Acueducto Independencia, maniobra encabezada por Adelfo Regino.

Foto: Documental Laberinto Yo’eme. Las comunidades yaquis carecen del servicio de agua. 

Como defensor del Río Yaqui, Tomás rechazó negociar el trasvase de sus aguas y con ello el futuro de los yo’eme. Hay quienes pretenden pasar el homicidio de Tomás, así como el del yaqui Luis Urbano Domínguez, también defensor del agua ejecutado con tres tiros en la cabeza, como simples consecuencias de la violencia imparable que cubre el sur de Sonora, o como infortunios provocados por estar en el lugar y en el momento equivocados”, se puede leer en su texto.

Los entrevistados por TRIBUNA también hablaron poco sobre el tema del agua. Afirmaron que no saben el por qué existe la percepción de que han dejado de luchar por lo que les pertenece. “Aquí no tenemos agua ni para sembrar, solo tenemos para un ciclo agrícola, toda el agua se queda en el Valle del Yaqui”, explicó la mujer, “aquí solo tenemos poca agua y bien rica con arsénico”, dijo con sarcasmo. 

El otro entrevistado también concuerda en que la lucha está más vigente que nunca y no dejará de ser una de las preocupaciones más grandes. “Estamos en lucha constante”. Mientras el Plan de Justicia proyectado por el presidente de la República avanza a paso lento y las autoridades de los tres niveles condenan los hechos, los Yaquis quedan en medio de una guerra; son protagonistas y víctimas de la escala de violencia.