Ciudad Obregón, Sonora.- Un grupo de poco menos de 25 niños en Vícam Pueblo toman su primer día de clases fuera del salón bajo el tejabán en la primaria ‘Juan Maldonado Tetabiate’; la mitad de la escuela no tiene luz y además el servicio de agua es muy escaso, así de mayúsculo es el reto de educar en las comunidades indígenas.
No es el único plantel en esas condiciones, incluso hay algunos como en Bahía de Lobos, Tórim o Pótam que no abrieron ante las complicaciones, además de que fueron vandalizados. A esto se suma el gran rezago educativo de las comunidades donde la tecnología no es una opción y el miedo de contagiarse de coronavirus. Entrevistados por TRIBUNA dos maestros relatan de viva voz cómo se vive el retorno a clases presenciales.
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- “La mitad de la escuela está sin luz"
El director de la primaria Indígena ‘Juan Maldonado Tetabiate’, José de Jesús Carballo González, cuenta que su escuela fue elegida para el plan piloto, ya que, para quien estaba en condiciones aceptables, pero justo el fin de semana antes del inicio de clases llegaron fuertes rafagas de viento por el huracán ‘Nora’ que provocó el quiebre de una pieza en la caja de controles eléctricos, dejando así a media escuela sin electricidad.
En el trayecto hay situaciones que están fuera de control, como por ejemplo este fin de semana, el 28, hubo un ventarrón por lo de ‘Nora’ (…) provocó que se quebrara una pieza de un de las cajas de controles, entonces la mitad de la escuela o de los edificios está ahorita sin luz".
A pesar de esto el director asegura que no es impedimento para seguir dando clases pues hasta ese momento el clima ha sido favorable para estar en clases debajo del tejabán y como la asistencia es reducida no ha sido tan problemático acomodarlos, pero si hace un llamado a la Secretaría de Educación para que manden técnicos para que arreglen la conexión.
- Buscan por todos los medios a los niños faltantes
De los 144 niños de la primaria ‘Juan Maldonado Tetabiate’ actualmente solo acuden 36, porque se dividen los grupos y se alternan entre un día y otro; pero hay algunos que quizás no vuelvan por el tema de la deserción escolar.
Carballo González está consciente de ello, pero menciona que no están viéndolo de esa manera pues deben respetar a esos niños que no tuvieron comunicación durante la pandemia para que a su regreso continúen en el grado que les corresponde, “por eso el plan de reforzamiento que se va a llevar estos primeros tres meses, para poder situar al alumno en el grado que debería estar”.
Cuenta que para localizar a esos niños se le dice a los padres de familia de los que sí asisten que hagan el llamado a los padres de esos niños para que vuelvan a la escuela “ahorita lo que se hace para localizarlos es hablar con los padres de familia para que el niño vuelva, como vivimos en una comunidad pequeña y la mayoría son parientes, pues por medio de los niños y adultos se hace el llamado para que otra vez se tenga la asistencia de todos los alumnos”.
- Material insuficiente y sin información para reabastecerse
El director dice que de información oficial recibieron unos folletos que estuvieron estudiando en una semana de taller, “en cuanto a la ayuda del Gobierno pues fue la capacitación por una parte, que también previamente se nos entregó material que son 2 termómetros, unos galones de gel, de jabón, cloro y aromatizante, y antes de las clases se llamó un día a padres y docentes para limpiar bien toda la escuela”.
Pero comenta que tanto él como los docentes consideran que es poca la cantidad de estos insumos, ya que por obvias razones es material que se usa a diario y no se ha determinado si se les va seguir proveyendo de estos. “No nos dieron más información, solo nos dieron este material, y hasta ahí no sabemos si nos van a seguir otorgando o la escuela tiene que buscar patrocinios o cómo".
Al final de la entrevista José de Jesús cierra la conversación esperando que con esta situación la población se vuelva más consciente de la gravedad de la situación de la pandemia, argumenta que no cree que sea por mero desinterés en todos los casos, tiene mucho que ver el que la información que circula no se adapta a las poblaciones indígenas, donde gran parte de la población sólo habla la lengua indígena y el recurso es limitado.
“Con esto esperemos que los niños reproduzcan esos hábitos en su casa y se vaya generalizando, pues recordemos que hay gente que todavía no cree de esta situación, es una comunidad particular por los usos y costumbres, la cultura y la gente no cree o cree que es una enfermedad común, que es una tos o gripe común, entonces tenemos un enorme trabajo de informar a la población en su lengua materna, y por supuesto, enseñarle esto a los niños pues ellos serán las próximas generaciones que estarán preparados para a lo mejor otra situación parecida a esta”.
- "Necesitamos que nos apoyen a tener agua”
Ni siquiera el haber estado a punto de morir detiene al maestro de cuarto año de primaria, Isaías Molina Valencia. Cuando se enfermó de coronavirus se vio tan grave que “ya casi ni la cuenta”, el temor de volver a contagiarse es una de sus preocupaciones del regreso a clases presenciales, pero no la única.
Al profesor también le inquieta la falta de servicios públicos como el agua potable, no solo en su escuela, la primaria ‘Juan Maldonado Tetabiate’, sino en los demás kinders y escuelas indígenas de Vícam Pueblo, donde el contar con el líquido es casi imposible.
En los distintos talleres de consejo técnico que se realizaron previos al regreso se les dio una guía a seguir a los docentes, donde se plantearon 3 filtros; en el segundo se habla de el lavado de manos al momento de ingresar al plantel educativo, es ahí donde el maestro ve con preocupación que no cuentan con agua para realizarlo.
Se encontraron con que en algunas escuelas desde el punto de vista de infraestructura estaban bien, pero desde el punto de vista de servicios no tan bien. Nos maneja la guía que tenemos que tener lavabos para que los niños se laven las manos, la cara, para que puedan tener los servicios sanitarios, y eso es lo que no tenemos en la comunidad de Vícam Pueblo, no quiero decir que en las demás comunidades también aunque tenemos mucho en común. El agua es un faltante muy fuerte”, explica el maestro.
- Un contraste difícil
En el primer día de clases solo un niño se presentó al grupo de cuarto grado, el segundo día fueron cuatro. “Apenas estoy conociendo a los niños, estamos haciendo una evaluación diagnóstica, pero los niños sí quieren venir a la escuela”, dice Isaías Molina Valencia al mismo tiempo que reconoce la gran disparidad que existe entre la ciudad y las comunidades indígenas donde el rezago y los niveles de analfabetismo son problemas muy latentes.
"Para qué vamos a echar mentiras las evaluaciones nos arrojan atrasos, rezagos. Difícilmente en las comunidades indígenas vamos a lograr tener internet en las casas o vamos a lograr tener los medios electrónicos; es muy difícil la tarea de hacer la labor educativa, sin embargo el profesorado ha hecho lo imposible porque los niños tengan en sus manos el material”.
Durante la pandemia en las comunidades indígenas la deserción escolar aumentó por diversos factores, uno de ellos es que muchos de los padres de familia apenas y tienen la secundaria terminada, por lo que es difícil que puedan apoyar a sus hijos con ‘Aprende en Casa’, de eso están muy conscientes los profesores pero también saben que entre más se tarde el regreso a los salones el problema incrementará.