Ciudad Obregón, Sonora.- El presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha caracterizado por ser un entusiasta de las energías renovables; desde candidato dejaba claro que su interés supremo está en el petróleo y sus derivados, no en procesos de producción alternativos.
Pero, como suele ocurrir en su gobierno, la realidad externa es la que le orilló a sopesar alternativas, y entonces considerar que el país tiene que desarrollar mecanismos que le provean de energía no derivada de los fósiles.
La producción de automóviles eléctricos y el encarecimiento de gasolinas, gas y aceites, dejó a México con la necesidad de acercarse a nuevas fuentes de energía.
Y lo ha hecho bajo dos estandartes: los autos eléctricos y su cadena de suministros, además de la energía solar.
Tanto el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) y los diferentes acuerdos globales contra el cambio climático precisan la disminución en la fabricación de automóviles de combustión, sustituyéndoles por eléctricos.
Al mismo tiempo, Estados Unidos ha exigido a México aumentar significativamente el uso de la energía solar, algo en lo que, pese a no gustarle, la 4T debió ceder.
En ambos temas, Sonora es la llave. La fe del gobierno federal en el potencial energético del estado es tal que el plan nacional sobre la materia lleva su nombre.
- Plan Sonora
De acuerdo con los documentos oficiales, el Plan Sonora tiene dos bases fundamentales: la energía solar y el litio.
En el caso del metal, se pretende que sea la punta de lanza para reinventar la industria automotriz en el país, que busca llegar al 50% de automóviles sin emisiones en 2030, en comunión con más de cien países que pretenden dejar el uso de los motores a combustión interna.
El presidente formó este plan para convencer a Estados Unidos de que la sociedad entre países funciona, pero al mismo tiempo quiere usarlo para que Washington deje de intervenir en el abasto eléctrico, que el gobierno federal desea que la CFE controle al cien por ciento”, explicó Óscar Murillo, investigador.
Por su parte, la energía solar también pinta como un tema toral: el gobierno federal construye, junto a particulares, un parque fotovoltaico en Puerto Peñasco, pero López Obrador ha dicho que pretende establecer al menos cinco tan sólo en Sonora.
En cuanto al litio, la idea mexicana es que el yacimiento en Bacadéhuachi surta de material a la industria automotriz eléctrica para la fabricación de baterías.
Queremos que las plantas para la creación de estas industrias automotrices y de autopartes estén en Sonora, y que este modelo se replique en otros estados”, dijo López Obrador.
Al mandatario lo secundó Alfonso Durazo, quien afirmó que el plan “va a impulsar la explotación del litio, va a impulsar el establecimiento de cadenas de valor aquí en el estado”.
Creen tanto en el Plan, que lo llevaron a la Conferencia contra el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP27); con el canciller Marcelo Ebrard como emisor, México presentó el Plan Sonora como su intento por convencer a las potencias de que tiene un proyecto estable y funcional para disminuir su impacto medioambiental y, de paso, enviar un mensaje a Estados Unidos de que realmente le interesa el cambio climático.
- Los problemas
Pero no todo es bueno. México carece de la liquidez necesaria para invertir los miles de millones de dólares necesarios para explotar el litio e instalar más plantas solares.
Si primero, en un recurso nacionalista, la autoridad habló de nacionalización del litio y de evitar que particulares invirtieran en las plantas solares, el discurso actual es diametralmente distinto.
- Todo por dinero.
“Se está contemplando que, en vez de una planta de generación de energía solar, sean cinco, con más líneas de transmisión, y que se invierta más, pero eso va a depender de que el gobierno de Estados Unidos acepte dos condiciones”, expuso López Obrador hace unos días.
Sabedor de que México no cuenta con el dinero necesario para la instalación de las plantas, ni para explotar el litio, pretende que sea la Casa Blanca entre al quite e invierta en el país… con condiciones.
Podríamos permitir que ellos compraran 49%, que fuera un 51 a 49% en la empresa del litio”, desarrolló el presidente.
López Obrador considera que el gobierno estadounidense puede invertir varios miles de millones de dólares en la producción de energía solar, pero aceptar que la Comisión Federal de Electricidad mantendrá el monopolio de esa electricidad; además, otorgar un crédito a “tasas bajas, no comerciales” para sacar adelante el proyecto del litio.
“El problema aquí es que se promete algo que no se tiene claro si funcionará, porque nadie habla de que la planta solar que se construye estará lista hasta 2027, mientras que la explotación del litio podría tener certeza hasta 2028, entonces, ¿qué nos garantiza que para entonces serán relevantes”, cuestionó John Padilla, experto de la firma IPD.
Para Padilla y varios expertos en materia energética, la nueva postura de López Obrador y su intento de posicionar a Sonora como el lugar donde sanarán todos sus males, en realidad es una práctica dilatoria, es decir, que intenta ganar tiempo para seguir con su verdadero interés: los combustibles fósiles y que la CFE lleve mano en la producción y despacho eléctrico.
Fuente: Tribuna