Navojoa, Sonora.- Pese a ser una de las profesiones más peligrosas en el Sur de Sonora, un gran porcentaje de los trabajadores del mar no cuentan con acceso al servicio médico, o a un seguro de vida, en caso de presentarse alguna tragedia.
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Cuando se suben a la panga, muchos pescadores salen a trabajar a la intemperie sin saber si van a regresar o no, sin embargo, no lo hacen por gusto, sino por la necesidad de llevar un poco de alimento a sus familias", indicó Abel Alfredo Ramírez Torres, defensor de los Derechos de los Pueblo Indígenas, en la Región del Mayo.
Dentro del grupo de pescadores en la Región del Mayo, existe un sector aún más vulnerable, se trata de los pescadores independientes, miembros de la etnia yoreme mayo, quienes no cuentan con los apoyos para mejorar su productividad, por lo que llevar alimento a sus hogares se convierte en una tarea complicada.
El pescador indígena se encuentra desprotegido, este es el sector más vulnerable, ya que el pescador libre, el que no se encuentra dentro de una cooperativa pesquera, no cuenta con acceso a las instituciones que otorgan programas sociales, así como la prestación de servicios médicos”, afirmó Ramírez Torres.
Puntualizó que la actividad económica como la pesca en comunidades costeras se ha reducido hasta en un 30 o 40 por ciento, debido a los riesgos que representa el salir al mar, así como la poca productividad; Por lo que un gran número de pescadores decidieron cambiar de profesión, mudándose a los jornales agrícolas, ante la falta de más oportunidades laborales en la Región.
PROFESIÓN RIESGOSA
En los últimos meses, se han presentado múltiples casos de naufragios, donde incluso algunos pescadores ya no regresaron con sus familias; Tras estos frecuentes incidentes, las autoridades implementaron una serie de protocolos de seguridad.
En ellos, se obligó a los pescadores a salir a trabajar con chalecos salva vidas, radios, celulares, así como GPS; Sin embargo, esta iniciativa no tuvo mayor eco entre los pescadores, debido a que la crisis económica les imposibilitó adquirir todos los requisitos.
Mientras que tras el ataque de un tiburón a un buzo en el Puerto de Yavaros, obligó a las autoridades a gestionar apoyos para la adquisición de brazaletes ahuyentadores, sin embargo, a 40 días del incidente, estas herramientas aún no llegan a manos de los pescadores.
Ante este panorama, activistas defensores de los Derechos de los Pueblos Indígenas, exhortaron a las autoridades a enfocar sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida de las familias pesqueras, ya que tanto el turismo, como la venta de productos del mar, son la principal actividad económica de Huatabampo.
Fuente: Staff