Hermosillo, Sonora.- 10 años han pasado desde el derrame de lixiviado ácido de la empresa Buenavista del Cobre de Grupo México sobre los ríos Bacanuchi y Sonora. Y se pudiera decir que todo está igual porque la “justicia no llega”, pero para los habitantes de al menos ocho municipios todo está peor, porque ahora están intentando vivir con las afectaciones permanentes.
El 6 de agosto de 2014 se generó el derrame de 40 mil metros cúbicos de desechos, afectando a más de 22 mil pobladores y hasta hoy, para los afectados, sigue sin resolverse de manera adecuada. Elda León, integrante de los Comités de Cuenca del Río Sonora (CCRS), afirmó para TRIBUNA que a 10 años de la tragedia los habitantes ya tienen los metales pesados en la sangre y en el cuerpo por consumir agua contaminada.
Te podría interesar
- Río Sonora
Sonorenses acusan saqueo de agua en Río Bacoachi por parte de Grupo México; empresa responde
- Río Sonora
Grupo México busca no responder por derrame y contaminación en Río Sonora
- Plan de Justicia en Cananea
AMLO promete atender a enfermos por Río Sonora, se llegue a acuerdo con Grupo México o no
"No hay remediación y no sabemos hasta cuándo va a haber, porque vemos un gobierno sordo, inepto. No entendemos", explicó León quien aseguró que están seguros de que la mayoría de los habitantes tiene metales en la sangre y consecuencia de ello se están viendo afectados. La integrante de los CCRS enfatizó que las mesas de trabajo están detenidas.
Los que vivimos aquí, tomamos el agua contaminada y vemos cómo muere el vecino y cómo muere el compañero y el conocido y en el siguiente pueblo igual. Sólo vinieron a hacernos los estudios, jamás se nos dio un diagnóstico. Una receta", afirmó.
La integrante de los CCRS afirmó que buscarán con el siguiente gobierno, el de Claudia Sheinbaum, que pueda darles respuestas favorables, “esperamos que los siguientes funcionarios sean personas más sensibles; antes era de que a lo mejor sí teníamos afectaciones por los metales, ahora ya está comprobado”.
León explicó que los afectados se sienten con mucha desesperación e impotencia al no ver avances, “no entendemos cómo no pueden hacer pagar a la empresa. Sí nos sentimos muy desesperados por la situación, pero aún así hay una chispa y por eso seguimos en pie de lucha y no vamos a dejar de insistir en que un día se nos haga justicia”.
Fuente: Tribuna