Londres, Inglaterra.- Desde que la Reina Isabel II perdió la vida hace ocho meses en su castillo en Balmoral, Escocia, hubo quienes se cuestionaron cómo sería el día en el que Carlos III asumiría su cargo como la cabeza de la iglesia anglicana y, tal como dice el dicho, no hay tiempo que no se cumpla ni plazo que no llegue, por lo que este sábado, 6 de mayo, quien alguna vez fue denominado como el eterno Príncipe de Gales se coronó como el monarca de Reino Unido.
Como ya muchos sabrán, al evento asistieron más de 2 mil invitados, casi 6 mil menos que los que fueron a la coronación de la Reina Isabel II hace más de 70 años, esto es debido a que desde un inicio Carlos mencionó que quería realizar una ceremonia mucho más austera debido a la creciente inflación que Inglaterra está enfrentando por el periodo de pandemia por Covid-19 y el conflicto entre Rusia y Ucrania, entre otras cosas.
Sin embargo, esto no impidió que el nuevo monarca implantara una serie de reglas que sus invitados debían cumplir al pie de la letra, la primera de ellas era el tipo de vestimenta y es que, al no tratarse de un evento de la talla de la MET Gala o de los Oscar, los asistentes no debían acudir con vestuarios extravagantes, como fue el caso de Jared Leto el pasado lunes. Según algunos informes, todos debían usar colores neutros y trajes sastre, en el caso de las mujeres, mientras que los hombres debían usar chaqueta y corbata.
Aunque no todas las personas cumplieron con esto, ya que, la Reina Matilde de Bélgica se presentó con un vestido rosa un poco fuerte, para los estándares de la realeza británica, a su vez llevó un sombrero blanco con un alto contraste, entre ambas tonalidades, lo que trajo fuertes críticas de los expertos reales, quienes no tuvieron miramientos destrozar a la monarca. A su vez, la reina Rania de Jordania tuvo un acierto total por su estilo monocromático y color marfil.
Por otro lado, las uñas de las asistentes no debían tener un estilo demasiado llamativo, por lo que los tonos que debían manejar debían ser esencialmente mate y naturales para que no resaltaran. Mientras que las muestras de afecto públicas estaban prohibidas, esto se aplicaba principalmente a los miembros directos de la Familia Real como William, Kate, Charlotte, Jorge y Louis, quienes en ningún momento se tomaron de las manos en presencia del público.
Todas estas peticiones fueron planeadas para que el foco de atención no se retirara del protagonista principal, que era Carlos III y su esposa, Camila Parker Bowles, sin embargo, esto no dejó de lado el hecho de que si hubo un ligero robo de cámara, el cual fue protagonizado por Kate Middleton, por su atuendo bicolor azul con rojo y la presencia de Katy Perry, quien aparentemente no podía encontrar su lugar y hasta estuvo a punto de caerse durante el llovioso día de coronación.
Fuentes: Tribuna