SMILE 2

Reseña: 'Smile 2': La sonrisa del horror regresa con mayor intensidad y excesos

Esta es la reseña de 'Smile 2' que, a diferencia de la primera entrega, en esta cinta no hay nada de sutilezas y hay mucha exageración

'Smile 2': La sonrisa del horror regresa con mayor intensidad y excesosCréditos: Internet
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Los Ángeles, California. - Tras el éxito rotundo de Smile en 2022, que recaudó más de 200 millones de dólares con un modesto presupuesto de 17 millones, el director y guionista Parker Finn regresa con Smile 2. Esta secuela expande el universo de la maldición letal y cambia su enfoque hacia un personaje inesperado: Skye Riley, una superestrella del pop interpretada por Naomi Scott, quien se enfrenta tanto a sus propios traumas como a una entidad sobrenatural que se alimenta de sonrisas macabras. 

Aunque la fórmula de transmisión de la maldición sigue recordando a clásicos del terror como The Ring y It Follows, Finn apuesta esta vez por un tono más exagerado y visceral, dejando atrás la sutileza que caracterizó a la primera entrega. 

Ahora bien, Smile 2 arranca seis días después de los eventos de la primera película, con el policía Joel (Kyle Gallner) desesperado por liberarse de la maldición. Su intento de transferir la entidad a través de un asesinato premeditado falla de forma brutal, dejando un rastro de caos y muerte. Entre las víctimas del suceso se encuentra Lewis (Lukas Gage), un traficante drogado que presagia la conexión con la próxima portadora de la maldición. 

Ahí es donde entra Skye Riley, quien intenta retomar su carrera después de un accidente automovilístico que acabó con la vida de su novio, interpretado por Ray Nicholson. Aunque busca redimirse tras ser expuesta en los tabloides por abuso de drogas y alcohol, pronto se verá atrapada por la sonrisa maligna que la atormenta en alucinaciones tanto diurnas como nocturnas. 

Finn sitúa la historia en un mundo de luces brillantes y escenarios ostentosos, llevando el horror desde un hospital psiquiátrico (como en la primera película) hasta el caótico universo de una estrella del pop. Rodeada por su madre-manager Elizabeth (Rosemarie DeWitt) y su asistente Joshua (Miles Gutierrez-Riley), Skye se prepara para una gran gira internacional. Sin embargo, las sonrisas siniestras comienzan a acecharla incluso durante los ensayos y sesiones de fotos, borrando la delgada línea entre la realidad y la locura. 

El encuentro con Lewis, quien ha sucumbido completamente a la maldición, desencadena una serie de eventos aterradores que llevan a Skye a una espiral de paranoia y terror. El uso inteligente de espejos, iluminación cambiante y ángulos invertidos del director de fotografía Charlie Sarroff contribuye a crear un ambiente opresivo que refleja el deterioro mental de la protagonista. 

La secuela apuesta por un diseño visual aún más audaz, incluyendo un crédito especial para "efectos de monstruosidad", lo que indica que la nueva entrega no se guarda nada. En lugar de los sustos contenidos de la primera película, Smile 2 opta por secuencias macabras llenas de sangre y violencia exagerada. Una de las escenas más impactantes muestra a los bailarines de Skye irrumpiendo en su apartamento, transformados en figuras grotescas que repiten la coreografía de los ensayos mientras trepan por las paredes como marionetas endemoniadas. 

Ahora bien, el diseño de sonido de Dan Kenyon, combinado con la escalofriante partitura de Cristóbal Tapia de Veer, añade una capa adicional de tensión, utilizando ruidos industriales distorsionados y gemidos para amplificar la sensación de terror. 

A pesar de la creciente complejidad de la narrativa, Naomi Scott ofrece una interpretación convincente como una estrella rota por la culpa y el dolor. Su lucha interna por mantener las apariencias y cumplir con las expectativas profesionales, mientras se desmorona emocionalmente, agrega profundidad a su personaje. Sin embargo, al poner a una celebridad como protagonista, la historia pierde parte de la conexión emocional que tuvo con el público en la primera entrega, donde la protagonista era una psiquiatra que intentaba entender su propia maldición. 

A medida que la película avanza hacia su clímax, la narrativa se vuelve más caótica y los límites entre la realidad y las alucinaciones se difuminan. La confrontación final, marcada por un despliegue grotesco de efectos visuales, deja claro que la maldición no ha terminado y planta las semillas para futuras secuelas. 

Smile 2 no es una historia de sutileza, sino de exceso. Aunque pierde algo del encanto y el misterio de la primera cinta, la secuela cumple con su objetivo de ofrecer sustos y entretenimiento visual impactante. 

Smile 2 probablemente divida a los espectadores: aquellos que amaron la tensión psicológica de la primera película pueden encontrar esta entrega demasiado exagerada, mientras que los fanáticos del horror más visceral y estilizado la disfrutarán por completo. Finn demuestra nuevamente su habilidad como director visual, aunque quizás necesite refinar su enfoque narrativo para futuras entregas. 

Con la fecha de estreno estratégicamente alineada con Halloween, Paramount espera repetir el éxito de la primera película en taquilla. Y si los números respaldan esta apuesta, la franquicia Smile podría continuar con más secuelas, llevando la maldición a una escala aún mayor. 

Resumén: 

Estreno: 18 de octubre de 2024 

Director y guionista: Parker Finn 

Elenco: Naomi Scott, Rosemarie DeWitt, Lukas Gage, Kyle Gallner, Raúl Castillo 

Duración: 2 horas 7 minutos 

Clasificación: R 

En definitiva, Smile 2 te pondrá una sonrisa en la cara... aunque sea una manchada de sangre. 

Fuente: Tribuna