Los Ángeles, California. - La esperada película Kraven el Cazador, dirigida por J.C. Chandor y protagonizada por Aaron Taylor-Johnson, llegó finalmente a los cines tras múltiples retrasos en su producción y estreno. Sin embargo, el resultado no parece justificar la espera. A pesar de su ambiciosa premisa como una nueva adición al universo de Spider-Man de Sony, la película se queda atrapada entre una narrativa incoherente y una ejecución que nunca alcanza su potencial.
Para entrar en contexto, Kraven el Cazador presenta al icónico antihéroe de Marvel, Sergei Kravinoff, en una historia de origen que promete explorar sus habilidades animales y su lucha contra un pasado familiar traumático. Sin embargo, en lugar de ofrecer una experiencia vibrante y emocionante, la cinta se convierte en una narración sin rumbo que oscila entre la acción genérica y un drama familiar mal construido.
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La cinta arranca con una prometedora secuencia en la que un joven Sergei (interpretado en su juventud por Levi Miller) es arrastrado por su padre, Nikolai Kravinoff (Russell Crowe), a un rito de iniciación en el norte de Ghana. Este evento busca endurecerlo a través de la caza de un león legendario. Lo que podría haber sido una introducción contundente se diluye con un guion que no logra desarrollar a sus personajes ni establecer una conexión emocional convincente.
También hay que decir que Aaron Taylor-Johnson entrega una actuación física impresionante como Kraven, encarnando su agilidad y fuerza animal con dedicación. No obstante, su interpretación carece de la chispa necesaria para elevar a un personaje que se presenta como demasiado serio y carente de profundidad emocional. Su viaje como antihéroe se siente desconectado, dejando preguntas sobre sus motivaciones y su identidad dentro del universo Marvel.
El elenco secundario, que incluye a Ariana DeBose como Calypso y Fred Hechinger como Dmitri, también se ve desperdiciado. DeBose aporta destellos de carisma como la aliada de Kraven, pero su personaje queda atrapado en un guion que no sabe cómo utilizar sus habilidades. Hechinger, por su parte, interpreta a Dmitri con un toque de humor que ofrece algunos momentos entretenidos, aunque insuficientes para rescatar la narrativa.
A pesar de su clasificación R, que permite escenas de violencia explícita, las secuencias de acción carecen de impacto. Los enfrentamientos son repetitivos y carecen de emoción, mientras que los efectos especiales muestran un nivel de calidad irregular que distrae en lugar de impresionar. Esto es especialmente evidente en la transformación del villano Rhino, que falla en transmitir la intensidad que el personaje debería aportar a la historia.
J.C. Chandor, conocido por trabajos sólidos como Margin Call y A Most Violent Year, parece fuera de su elemento en Kraven el Cazador. La película carece de la cohesión y el estilo que podrían haberla elevado por encima de otras entregas mediocres del universo de Sony, como Morbius. Además, las insinuaciones de humor que podrían haber añadido un toque de diversión al tono oscuro de la cinta se diluyen, dejando un resultado que se toma a sí mismo demasiado en serio.
A pesar de los esfuerzos por sentar las bases para futuras entregas, Kraven el Cazador no logra generar suficiente interés para justificar una continuación. Con un guion que no aprovecha el material original de Marvel y una dirección que no encuentra su ritmo, la película deja la sensación de ser una oportunidad desperdiciada para explorar a un personaje intrigante.
En conclusión, Kraven el Cazador es un filme que se queda corto en todos los aspectos. Su narrativa incoherente, personajes desaprovechados y acción sin inspiración la convierten en una experiencia olvidable. Aunque cuenta con destellos de potencial, es difícil imaginar que esta entrega pueda marcar el inicio de un legado significativo dentro del universo Marvel de Sony.
Calificación: 2 estrellas de 5
Fuente: Tribuna