Ciudad de México. - La Falla de San Andrés, una de las fracturas tectónicas más famosas y estudiadas del mundo, continúa siendo motivo de preocupación y fascinación para científicos y habitantes de las zonas que atraviesa. Con una extensión de aproximadamente mil 300 kilómetros, esta falla transformante se encuentra en la frontera entre las placas tectónicas del Pacífico y Norteamericana, y su capacidad para generar terremotos de gran magnitud la convierte en un potencial peligro natural.
Pero ¿qué es? La Falla de San Andrés es un sistema de fracturas donde las placas tectónicas se deslizan lateralmente una junto a la otra, acumulando una enorme cantidad de energía. Cuando esta energía se libera, ocurren terremotos, algunos de los cuales han sido devastadores en la historia de California. Desde su identificación en 1895 por el geólogo Andrew Lawson, se ha reconocido como una de las fallas más activas y peligrosas del planeta.
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Ahora bien, la falla atraviesa el estado de California, desde su frontera sur con México hasta el norte, cerca de San Francisco. Este sistema se conecta con otras fallas importantes, como la de Hayward, San Jacinto e Imperial, que también contribuyen al movimiento tectónico en la región.
En México, aunque la Falla de San Andrés no pasa directamente por el territorio, su proximidad al norte de Baja California genera un impacto indirecto en zonas como Mexicali y Tijuana, donde la actividad tectónica es constante.
¿Y es peligrosa? La respuesta es sí, el peligro de la Falla de San Andrés radica en su potencial para generar "El Gran Terremoto" (The Big One), un sismo de magnitud 7.8 o superior que podría devastar ciudades densamente pobladas como Los Ángeles y San Francisco. Este evento, aunque inevitable según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), no puede ser predecido con exactitud.
Los riesgos no solo incluyen la destrucción de infraestructura, sino también incendios, derrumbes y fallos en servicios básicos como electricidad y agua. Pese a los esfuerzos en normas de construcción antisísmica, el impacto económico y social de un terremoto de esta magnitud sería catastrófico, con pérdidas estimadas en cientos de miles de millones de dólares.
¿Puede afectar a México?
Aunque un terremoto en California no tendría un impacto directo en la mayoría del territorio mexicano, podría influir en fallas locales cercanas, como las de Mexicali y el Golfo de California. Según el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), un "efecto dominó" en estas fallas podría desencadenar sismos secundarios en la región.
Mitos
Recientemente han surgido rumores sobre la conexión de la Falla de San Andrés con fenómenos en la Ciudad de México, como grietas o hundimientos en la Calzada Ignacio Zaragoza. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde estas afirmaciones. Estos problemas locales suelen deberse a la composición del subsuelo y los movimientos volcánicos, no a la influencia de la falla californiana.
¿Estamos preparados para "El Gran Terremoto"?
La preparación es clave. Ciudades como Los Ángeles y San Francisco han implementado estrictas medidas de construcción antisísmica, campañas de educación y simulacros. Sin embargo, el factor humano, la densidad poblacional y la infraestructura antigua en algunas áreas siguen siendo retos importantes.
La Falla de San Andrés no solo representa un desafío para la ciencia y la ingeniería, sino también una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno natural. Estar informados y preparados es la mejor manera de enfrentar un futuro en el que, inevitablemente, la tierra seguirá moviéndose bajo nuestros pies.
Fuente: TRibuna