Ciudad de México.- En la historia de la Iglesia Católica hay muchísimos santos. Y si no nos crees, permítenos contarte que se dice que ¡hay más de ocho mil! Por eso es difícil que sepamos el nombre de todos y su historia, pero si hay uno que es reconocido por muchos es San Antonio de Padua. Seguro que en algún punto lo de la vida lo viste en el altar de alguno de tus familiares o en programas de televisión y muy probablemente te preguntaste: ¿Por qué está de cabeza?
Este 13 de junio se le celebra ¿Ya lo sabías? Es por ello que lo recordamos y compartimos su legado. Algo esencial que tienes que saber acerca de él es que se le recuerda, sobre todo, por los milagros que realizó. Uno de los más importantes estuvo enmarcado por un episodio de celos. En una ocasión, un padre de familia acusó a su esposa de adúltera y se negó a reconocer como suyo al pequeño recién nacido que ella cargaba en sus brazos. Para solucionar la confusión, le ordenó al bebé, en nombre de Jesucristo, "que me digas con voz clara para que todos lo puedan oír, quién es tu padre". Un momento después, el recién nacido habló y respondió: "¡Éste es mi padre!".
Es el santo de 'las cosas perdidas', pero también de los matrimonios y por ello muchos recurren a él para pedirle favores en el amor. Incluso hay una oración específica que rezan todos aquellos que buscan conseguir pareja. Este rezo viene acompañado de un pequeño ritual, en el que se prenden inciensos con cerillos de madera y una veladora.
Nació en 1195 en Lisboa, Portugal, y fue nombrado Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, pero a los 25 años adoptó el nombre de Antonio cuando se hizo franciscano. Durante su trayectoria relucieron sus dotes de oratoria, se cuenta que en 1222 fue la primera vez que predicó y todos quedaron fascinados con sus palabras. A partir de ahí fungió como como misionero en varios países, como Italia y Francia, países en los que predominaba la herejía. Su relevancia ha sido tal que incluso al día de hoy se le tiene en cuenta. De hecho, posee el récord de canonización al conseguirla más rápido a comparación de otros. Tan sólo 352 días después de su muerte, se le declaró santo.
Fuente: Tribuna Sonora