Ciudad de México.- Si se desea que el corazón se acelere y la mente busque una respuesta, existe un libro de misterio perfecto para activar todos los sentidos posibles mientras que el narrador adentra al mundo del misterio al lector con pistas inquietantes y acertijos que parecen imposibles de resolver. Según los informes, esta historia sería mucho mejor que la que cuentan en los del famoso detective 'Sherlock Holmes'.
Al hablar de misterio, crimen y detectives, es un hecho que inmediatamente se piensa en el enigmático y perceptivo 'Sherlock' y su fiel compañero 'Watson', incluso se les podría considerar como el mayor referente del género, sin embargo, existe un libro del que aparentemente nació este personaje y sus interesantes aventuras resolviendo cómicos, que es conocido como el 'Padre del Misterio', escrito por el gran Edgar Allan Poe.
Dicho libro se trata de Los Crímenes de la Calle Morgue, que es del género policíaco y misterio, en el se navega por la vida del detective 'Auguste Dupin'. A esta obra se le conoce como la primera pieza del estilo detectivesco, convirtiendo a Poe en el padre de dicho género de misterio, lo que es una suma al título que tenía como el 'Maestro del Horror', siendo publicada por primera vez en el año de 1841, siendo inspiración de millones.
El libro que fue un pionero en su clase, narra la historia principal sobre el cruel asesinato de dos mujeres, 'madame L'Espanaye' y 'mademoiselle Camille L'Espanaye', en un apartamento de una popular calle de París. En su narrativa al inicio las investigaciones no arrojaban absolutamente nada y se consideraba como un caso que sería imposible de resolver, pues no había causa lógica, sin testigos o pistas que pudieran llevarlos a alguien.
Pero, una vez que 'Auguste' tomó las riendas la investigación dio un giro radical y poco a poco las pistas fueron dando giros inesperados, pero que conforme se entendían y unían con otras iba abriendo el camino para poder encontrar al asesino de ambas mujeres, en el cual la clave más importante fue la brutalidad en la que sucedió todo y que fue a puerta cerrada. Al final, se descubre que un hombre no fue culpable del atroz crimen, sino que fue animal.
Fuente: Tribuna del Yaqui
