Los Ángeles, California. - Después de la intensidad emocional de Memory (2023), el director mexicano Michel Franco regresa con Dreams, una historia de amor y poder que desgarra con su crudeza. Protagonizada por Jessica Chastain e Isaac Hernández, la película se presentó en el Festival de Cine de Berlín, donde sorprendió con su mirada descarnada sobre las relaciones, la inmigración y la lucha de clases.
Desde su impactante escena inicial, la cual es de un grupo de inmigrantes encerrados en un camión abandonado, clamando por salir, Dreams establece su tono de urgencia y desesperación. Fernando (Hernández), un talentoso bailarín mexicano, logra escapar y emprende una travesía hasta San Francisco, donde se refugia en la casa de Jennifer (Chastain), una acaudalada mecenas del arte.
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Lo que parece un reencuentro apasionado entre amantes pronto revela sus matices de poder y dependencia. Jennifer controla la relación, relegando a Fernando a la sombra de su vida pública. Cuando él busca independencia, la historia toma giros inesperados, explorando hasta dónde es capaz de llegar cada uno para mantener su posición.
Hay que señalar que Michel Franco, fiel a su estilo, evita adornos innecesarios y deja que la tensión se acumule a fuego lento. Dreams podría haber sido un thriller erótico convencional, pero el director la convierte en una disección feroz de las dinámicas de poder. Chastain brilla interpretando a una mujer acostumbrada a tener el control, mientras que Hernández, en su primer gran papel cinematográfico, transmite con sutileza la lucha interna de un hombre que se resiste a ser una pieza en el mundo de su amante.
El filme también aborda la cuestión migratoria con una precisión escalofriante. En un contexto donde la administración Trump endurece las deportaciones y la seguridad fronteriza, Dreams resuena con una actualidad brutal. La diferencia de opciones entre Jennifer y Fernando, ella con el poder de comprar soluciones, él siempre en riesgo de perderlo todo, es el motor de un desenlace tan sorprendente como devastador.
Además, hay que destacar la química entre Chastain y Hernández, así como la dirección precisa de Franco. La falta de música y el estilo visual sobrio refuerzan la sensación de realismo, haciendo que cada giro narrativo impacte con más fuerza.
Con una duración de 97 minutos, Dreams confirma a Michel Franco como uno de los cineastas más implacables del cine contemporáneo. La película no solo explora la pasión y la ambición, sino que también plantea una pregunta inquietante: en un mundo donde el poder está desbalanceado, ¿quién realmente tiene derecho a soñar?
Fuente: Tribuna