Ciudad de México. — A tan solo una semana de haber asumido la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo presentó su Estrategia Nacional de Seguridad, la cual será encabezada por Omar García Harfuch, nuevo titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Sin embargo, la estrategia generó controversia al presentar paralelismos con las propuestas del libro Seguridad con Bienestar de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública y hoy condenado por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa.
La propuesta de seguridad de la nueva administración federal se estructura en cuatro ejes centrales:
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- Atención a las causas
- Consolidación de la Guardia Nacional
- Fortalecimiento de inteligencia e investigación
- Coordinación con entidades federativas y el gabinete de seguridad
De manera destacada, uno de los puntos clave será el enfoque en los delitos de alto impacto, como el secuestro, la extorsión y el cobro de piso. García Harfuch será el encargado de implementar estas directrices mediante análisis de las redes criminales, operativos en municipios prioritarios y la identificación de liderazgos delictivos. Sin embargo, estos lineamientos coinciden con varios elementos del libro Seguridad con Bienestar de García Luna, lo que ha despertado críticas entre algunos analistas y expertos.
Similitudes entre la estrategia de Sheinbaum y el libro de García Luna
Ahora bien, el libro de Genaro García Luna, publicado en 2018, plantea siete ejes estratégicos para combatir la inseguridad. Entre ellos se destacan la inteligencia operativa, el despliegue territorial y la prevención del delito mediante la participación de la sociedad en Mesas de Seguridad, conceptos que también aparecen en la propuesta de Sheinbaum. Además, ambos planes insisten en que la atención a las causas sociales es fundamental para reducir la violencia.
En la página 91 de su libro, García Luna señala que es necesario implementar un esquema operativo que priorice la respuesta ante delitos de mayor impacto, como el homicidio, la extorsión y el secuestro. De manera similar, Sheinbaum ha anunciado la creación de Unidades Especiales que actuarán en los municipios con mayores niveles delictivos, además del despliegue de personal especializado.
Por otro lado, ambos proyectos enfatizan la importancia de la investigación basada en inteligencia. Sheinbaum pretende fortalecer el Sistema Nacional de Inteligencia con más recursos tecnológicos y humanos, un enfoque que García Luna también defendió en su gestión, al promover el uso de técnicas de investigación especializadas bajo la supervisión del Ministerio Público.
Otro punto de controversia es la Guardia Nacional, una institución que, aunque fue creada bajo la promesa de mantener un mando civil, ha sido transferida a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). García Luna, en su momento, defendió un modelo de seguridad basado en la centralización del mando y el uso de inteligencia militar, lo que guarda similitudes con la estrategia de Sheinbaum.
La propuesta de Sheinbaum refleja un eco de las políticas que ya había plasmado García Luna en su libro, particularmente en la coordinación interinstitucional y el uso intensivo de inteligencia”, explicó Jesús Lemus, periodista y especialista en temas de seguridad.
Cabe destacar que, pese a las similitudes con las políticas del pasado, Sheinbaum subraya que su estrategia busca construir un enfoque más humanista, al priorizar la atención a las causas de la violencia. En su plan, se propone disminuir las violencias que afectan a niños, niñas y adolescentes en zonas de alta marginación, y fomentar la “reconstrucción del tejido social”.
Esta perspectiva se complementa con programas de prevención de conductas antisociales y la participación activa de la comunidad, propuestas que también aparecen en las páginas 91 y 92 del libro de García Luna.
El paralelismo entre ambos modelos ha generado cuestionamientos sobre la originalidad de la estrategia de Sheinbaum, así como sobre su eficacia para enfrentar la compleja situación de seguridad en el país. Analistas han señalado que, si bien la incorporación de algunos conceptos de inteligencia y prevención es positiva, resulta preocupante la similitud con el modelo promovido por García Luna, quien fue hallado culpable de colusión con el crimen organizado.
Por su parte, la oposición ha criticado la continuidad del uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad, lo que consideran una contradicción con el discurso inicial de la llamada Cuarta Transformación (4T), que prometía desmilitarizar la seguridad pública.
La administración de Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de demostrar que su estrategia de seguridad es más eficaz y transparente que los modelos anteriores, especialmente ante el legado controvertido de personajes como Genaro García Luna. El éxito de este plan dependerá en gran medida de la coordinación entre niveles de gobierno, el uso de inteligencia efectiva y el compromiso real de reducir las causas sociales de la violencia.
Con Omar García Harfuch al frente de la SSPC, la nueva administración tendrá que mostrar resultados rápidamente en la lucha contra los delitos de alto impacto, sin caer en los errores del pasado.
Fuente: Tribuna