COLUMNA DE OPINIÓN

¿Por qué México obtiene tan pocas medallas en las olimpiadas?

Columna de Mario Alberto Velázquez García, profesor Investigador del Centro de Estudios Transfronterizos de El Colegio de Sonora

El Dr. Mario Alberto Velázquez GarcíaCréditos: Colson
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Hermosillo, Sonora.- México ha participado en 24 Juegos Olímpicos, obteniendo un total de 73 medallas. Esto nos da un promedio de 3 medallas por competencia. Con las medallas obtenidas en París 2024 nuestro país estaba por arriba de su promedio histórico con un total de 5 preseas olímpicas.

En cuanto a las medallas de oro, México ha conseguido un total de 13, lo que equivale a un promedio de media medalla de oro por competencia; en otras palabras, nos toma 8 años obtener una presea dorada. Respecto a las medallas de plata, obtenemos 1 por competencia, y en el caso de las de bronce, obtenemos una medalla y media en cada olimpiada.

Esta es la realidad de las delegaciones mexicanas en cada olimpiada: obtener 3 medallas. Por supuesto, ha habido ediciones con mayores resultados. El mejor desempeño fue en México 1968, donde se obtuvieron 9 medallas (3 de oro, 3 de plata y 3 de bronce), -el famoso “efecto anfitrión”-, y el segundo resultado más alto fue en Londres 2012, con 8 medallas (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce).

Aunque nuestro promedio histórico es bajo, los resultados cambian un poco si consideramos únicamente las competencias del año 2000 hasta París 2024. En ese período, México ha obtenido un total de 32 medallas, lo que da un promedio de 5.1 medallas por competencia con un total de 4 medallas de oro, 15 de plata y 13 de bronce. Este promedio de 5 medallas es lo que se logró en los Juegos Olímpicos de París. Esto da un poco de perspectiva sobre nuestra propia realidad en los resultados obtenidos después de la más reciente justa olímpica. 

México tuvo su mejor desempeño en el 68

En cualquiera de los dos casos, es un hecho que nuestro promedio de 3 o 5 medallas es muy bajo si nos comparamos con países de similar nivel en población, territorio o desarrollo económico. Por ejemplo, Brasil ha obtenido un total de 150 medallas en todas las olimpiadas, lo que arroja un promedio de 6 medallas por competencia, el doble que México. Sin embargo, si consideramos las competencias entre el año 2000 y el 2024, los números de Brasil muestran una notable mejora, con 99 medallas entre Sídney (2000) y París (2024), con un promedio de 14.1 medallas por competencia. En estas siete competencias, Brasil obtuvo 27 medallas de oro (más que el total que México ha logrado en toda su historia), 30 de plata y 42 de bronce.

¿Cuáles son las razones que explican nuestro bajo desempeño en los Juegos Olímpicos? Sin duda, este es un tema complejo que depende de múltiples factores y que presenta explicaciones muy diversas según el deporte y la olimpiada en cuestión. Sin embargo, un aspecto central es el papel que desempeña el deporte en el proyecto estatal del país.

Generalmente, cuando se analizan los resultados olímpicos, los comentaristas (deportivos o en general) mencionan razones repetidas en cada competencia. 1) Los resultados tan bajos se explican porque los apoyos otorgados a los deportistas no son suficientes. La mayoría de nuestros atletas han logrado impulsar su carrera gracias al apoyo de sus familias o de alguna institución específica; 2) Existen redes de corrupción en las federaciones deportivas, el Comité Olímpico Mexicano y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte; 3) la existencia de disputas entre las federaciones deportivas y las autoridades nacionales, lo que tiene como resultado el apoyo selectivo a pocos deportistas. Todas estas razones son, una parte significativa del problema. Sin embargo, existe un tema más general: el papel que el Estado le otorga al deporte.

Aunque el Estado mexicano considera formalmente al deporte como un tema importante, en la práctica le otorga un papel secundario. Esto se refleja en la inversión y mantenimiento de la infraestructura pública para la práctica de diferentes actividades deportivas. Las instalaciones públicas generalmente se encuentran en mal estado y se concentran en pocos deportes, principalmente el fútbol o béisbol. 

Mientras no exista más y mejores instalaciones deportivas la población general no verá en las diferentes competencias olímpicas alternativas de actividad física recreativa o como una vía para superar entornos de marginación. El que un país tenga una continua representación de atletas en diversas competencias es resultado de un apoyo estatal o de entes privados (como empresas o universidades) sostenido y constante.  

En muchas ocasiones los deportistas mexicanos son aquellos que ya cuentan con una red de apoyo propia; pocos, aunque existen, han logrado hacer de algún deporte olímpico un medio para mejorar sus condiciones de vida. Cuando califiquemos a los deportistas mexicanos que compite en las olimpiadas, tenemos que considerar que se trata de esfuerzos individuales o grupales para llegar a este nivel de competencia. Esto a pesar de no contar con todo el entrenamiento, instalaciones o apoyo necesario. 

Cuando un estado hace del deporte una prioridad para su población y no para la promoción de su proyecto político, las actividades físicas se convierten en un camino para el bienestar de la población y una vía para mejorar la situación personal y familiar. Mientras esto no suceda nuestros resultados en las olimpiadas continuarán siendo bajos. Es decir, no se trata únicamente de apoyar a la “elite deportiva mexicana” sino en generar una masa crítica de población general que haga del deporte una parte sustancial de sus vidas. Esto sólo se logrará si el estado convierte al deporte en una prioridad presupuestal y una de sus estrategias para mejorar la salud, ingresos y el bienestar general de las personas. 

*Dr. Mario Alberto Velázquez García, Profesor Investigador del Centro de Estudios Transfronterizos de El Colegio de Sonora

Fuente: Tribuna