Londres, Inglaterra.- La noche antes del funeral de la princesa Diana, sus hijos Harry y William estaban devastados, enfrentaban una presión social muy grande para su edad y había dudas sobre si iban a caminar con el féretro o se limitarían.
Aquella noche, el príncipe Felipe, abuelo de los entonces niños de 12 y 15 años, les hizo una promesa: "Yo caminaré si ustedes caminan".
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Durante la procesión, los dos adolescentes iban acompañados por su padre, el príncipe Carlos, su abuelo y su tío, Earl Spencer. Los cinco vestían de negro con las cabezas cabizbajas y los ojos secos.
En apoyo a sus nietos, el duque de Edimburgo acordó caminar junto a ellos desde el palacio Kensington a Westminster Abbey detrás del ataúd de Diana.
Durante la tragedia y los años subsecuentes, el príncipe Felipe se convirtió en un gran soporte para Harry y William. Con la muerte de su madre, se volvieron más unidos.
De acuerdo con la autora real, Ingrid Seward, el hermano de Diana creía que él debía caminar solo detrás del ataúd, algo que fue mal visto por toda la familia real.
A manera de respeto a una exesposa y madre, el príncipe Carlos quiso caminar detrás del cortejo fúnebre junto a sus hijos", explicó.
Al principio, William se negó rotundamente a participar. Sin embargo, Carlos insistió a su hijo que estaría muy mal si no caminaba detrás del féretro de su madre.
Durante el argumento entre padre e hijo el príncipe Felipe entró y, eventualmente, William accedió ser parte del acto, con la condición de que su abuelo caminara a un lado de él", detalló Seward.
Fuente: Daily Star