Ciudad de México.- Organizar una gran fiesta, sobretodo en estos tiempos, conlleva a una fuerte inversión, por lo que, generalmente, la gente solicita a sus invitados que avisen con anticipación sino asistirán a la ceremonia, para que de esta manera puedan invitar a otras personas y, de esta manera, que ni el lugar ni la comida se desperdicie; sin embargo, esta regla de etiqueta no siempre suele cumplirse al pie de la letra.
Un ejemplo de ello, es el ocurrido con una pareja de recién casados en Reynosa, Tamaulipas; se trata de Sherlyn García y Alexis Balderas, quienes tras celebrar su boda se percataron que muchos de sus invitados no habían asistido, lo que significa que la comida se quedaría y aunque muchos optarían por darle un gran plato a quienes sí asistieron, para que se llevasen a su casa, esta parejita decidió hacer algo distinto.
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Créditos: Internet
Resulta ser que Sherlyn y Alexis, salieron de su propia fiesta y acudieron al Hospital General de Reynosa y se organizaron para entregar los alimentos a las personas que se encontraban esperando a sus familiares, quienes se encontraban dentro del centro de salud. Según reportes, los novios dieron gran parte de su banquete, que consistía en platillos como espagueti, puré de papa, pechuga y refresco.
Como era de esperarse, la gente no tardó en aglomerarse y hasta hubo quienes se tomaron el tiempo de grabar y tomar fotografías de los novios, quienes fueron halagados por Internet (cuando la noticia dio el salto a redes sociales) debido a que consideraron que actuaron de manera generosa, ya que, si bien, la comida pudo haberse echado a perder, ellos eligieron que no se desperdiciara y compartirla con quienes lo necesitaban.
Comentarios como: “Wow, eso es digno de aplaudir. Gracias por tan hermoso detalle. Dios engrandece el corazón alegre”, inundaron las redes sociales donde las imágenes se de los novios, entregando la comida, desde una camioneta se podían apreciar, algo que sin duda se agradece, en medio de una época cargada de violencia y amargura en gran parte de la República Mexicana, donde las malas noticias abundan.
Fuentes: Tribuna