Ciudad de México.- Los embutidos como jamón, salchichas, chorizo, salami y mortadela, pueden tener consecuencias en distintos órganos y sistemas del cuerpo humano. Estos productos contienen altos niveles de grasas saturadas y colesterol, que pueden provocar aumento de en los niveles de LDL conocido como colesterol ''malo''.
Estos productos ricos en grasas saturadas y conservantes como nitritos y nitratos, representan un riesgo para la salud, cuando son consumidos de manera habitual en la dieta. Entre las consecuencias mas graves se encuentran la arterosclerosis, los infartos y los accidentes cerebrovasculares, esto puede afectar directamente al corazón y a los vasos sanguíneos, incluso la muerte si no se controlan de manera adecuada.
Afectan al cerebro de manera indirecta: Una circulación sanguínea deficiente puede reducir el flujo de sangre al cerebro, lo que incrementa el riesgo del deterioro cognitivo. Esto se puede manifestar en pérdida de memoria, y enfermedades neurodegenerativas, el riesgo es mayor en personas que padecen hipertensión crónica.
Por otra parte, el sistema digestivo, especialmente el estómago y los intestinos se ven gravemente afectados por el consumo en exceso de embutidos, se dice que según estudios realizados, los nitritos y nitratos que son utilizados como conservantes en estos productos pueden transformarse en compuestos cancerígenos, que se le conocen como nitrosaminas, especialmente cuando los embutidos se cocinan a altas temperaturas.
Se dice que las personas con predisposición ala insuficiencia renal o con presión arterial alta son las más vulnerables. En estos casos el consumo seguido de embutidos puede acelerar el deterioro renal, aumentando las complicaciones graves como la enfermedad renal crónica.
El hígado es involucrado en el procesamiento de grasas y toxinas: Aunque el hígado no es el principal órgano más afectado, su función en el procesamiento de grasas, colesterol y toxinas lo convierte en pieza clave para los efectos negativos del consumo en exceso de embutidos. Según estudios, en personas con sobrepeso o hígado graso, la ingesta frecuente de estos alimentos puede agravar la condición, dificultando aún más el funcionamiento hepático.
Debido a que el hígado se encarga de metabolizar la mayor parte de aditivos y conservantes presentes en embutidos, cuando estos se consumen con frecuencia, este órgano trabaja más de la cuenta, lo que puede afectar su capacidad para desintoxicar el cuerpo, esto puede contribuir al desarrollo de enfermedades hepáticas más severas si no se toman medidas para reducir su consumo.
Por esto es importante limitar su consumo, y optar por opciones que no contengan nitratos y nitritos, ya que pueden ser cancerígenos, mantener una dieta rica en frutas vegetales y proteínas magras, es clave para mantener un estilo de vida saludable. Por otra parte, optar por versiones más naturales y reducir las porciones puede ayudar a disminuir los riesgos y proteger la salud a largo plazo.
Fuente: Tribuna
