Mazatlán, Sinaloa.- Ante la posibilidad del regreso de un fenómeno climático extremo conocido como ‘El Niño Godzilla’ frente a las costas de Mazatlán, Sinaloa, científicos han encendido las alertas, pues se trata de un evento que en su aparición anterior alteró el equilibrio del océano Pacífico y sus ecosistemas. Este término fue popularizado por especialistas debido a la intensidad sin precedentes que presentó entre 2015 y 2016.
Con base a la información emitida por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante aquel periodo las temperaturas del océano llegaron a superar los 2.5 grados centígrados por encima del promedio, provocando efectos devastadores en la vida marina y en las actividades económicas que dependen de ella, como la pesca.
Al respecto, la investigadora Machain Castillo, integrante de la Unidad de Apoyo para el Aprendizaje de Procesos Oceánicos y Costeros, detalló que este aumento térmico favoreció la llegada de una especie marina invasora que habitualmente no se encuentra frente a las costas de Mazatlán. Dicha alteración provocó un desequilibrio ecológico al desplazar o afectar la presencia de especies locales.
Según Castillo, una vez que las temperaturas volvieron a la normalidad, la fauna habitual de la zona regresó, y la especie invasora desapareció. Sin embargo, durante su presencia, se registró una importante disminución en la productividad marina, sobre todo, en organismos microscópicos esenciales en la base de la cadena alimenticia, lo cual terminó afectando directamente las pesquerías locales.
Cabe señalar que, ‘El Niño’, en su forma más común, es un fenómeno climático que se produce por el calentamiento o enfriamiento anómalo de las aguas del Pacífico ecuatorial, fenómeno que puede presentarse cada dos a siete años, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). En su fase cálida, aumenta la probabilidad de ciclones, lluvias intensas y cambios en los patrones meteorológicos globales.
Lo que diferencia al ‘Niño Godzilla’ es su intensidad, pues supera los niveles promedio del fenómeno tradicional, y aunque no se ha vuelto a registrar desde el evento de 2015-2016, los expertos advierten que su retorno no está descartado, sobre todo por el constante calentamiento global que incrementa la temperatura de los océanos.
Por ello, especialistas insisten en la necesidad de vigilar las condiciones marinas y diseñar estrategias de adaptación para sectores como la pesca, la agricultura y la protección de la biodiversidad. El regreso de este fenómeno podría traer graves consecuencias ecológicas y económicas para regiones costeras como Mazatlán.
Fuente: Tribuna
