OPINION

Trabajadores de la salud del IMSS de Obregón, marcharán hoy para exigirle justicia a Mariscal

Rumbos

Mario Rivas, columnistaCréditos: Tribuna
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LA PARTIDA DE GILBERTO VALENZUELA, “El Sahuaripa”, provocó reacciones diversas en quienes se fueron enterando de su muerte. Primero, como ya es costumbre en redes sociales, con la nota falsa de su deceso. Y luego, con la confirmación del suceso.

¿Qué tipo de sentimientos generó esta noticia?

Naturalmente, la mayor parte de las reacciones fue de indiferencia pues las generaciones de los ochentas para acá, no saben quién fue GILBERTO VALENZUELA, “El Sahuaripa”.

Menos los veinteañeros, incluso, los treintañeros. Las reacciones se dieron entre los de mi generación y un poco antes y un poco después.

Los de 70 años y más, habrán rememorado sus andanzas —la gente de Ciudad Obregón— con “El Sahuaripa” en los primeros cuatro años de escolaridad primaria en Cajeme. Otros, evocarían lo bien que se la pasaban en las reuniones de adolescentes con las fiestas donde Gilberto era el rey.

En su semblanza de “El Sahuaripa” publicada en los periódicos de esta empresa hace diez años, BULMARO PACHECO empieza narrando una anécdota que me fue contada una tarde-noche en el laboratorio de análisis clínicos del Químico CARLOS RAMÓN ESPINOZA, ya extinto, por algunas de las personas que habían acudido a ver y escuchar a JULIO IGLESIAS, en su presentación en el entonces Hotel Costa de Oro, enclavado en la confluencia de Miguel Alemán y Allende.

Pero la anécdota no tenía relación con el Costa de Oro, sino con el Merendero El Bronco, de JUAN RURICO LÓPEZ QUINTERO. En aquellos días, El Bronco todavía estaba por la Sinaloa, en Ciudad Obregón. Este relato fue muy conocido entonces, pero unos años después, Julio Iglesias se dio a conocer mundialmente con “Río Rebelde”, la canción que “El Sahuaripa” ya había hecho famosa en México. A Gilberto Valenzuela “El Sahuaripa”, yo no le conocí en ningún teatro de revista ni en un antro que entonces se llamaban “centros nocturnos”. ¿Sabe dónde le conocí? Cruzando la calle Coahuila, cerca de la calle Allende, cuando él era un adolescente y yo prácticamente un niño.

Lógicamente, el muchacho, por su juventud y la fama que ya tenía a nivel regional, era presuntuoso, y miraba por encima de los hombros a los chamacos del barrio donde él vivió algún tiempo.

Yo no era de esa barriada. En realidad, en aquellos años mi familia y yo vivíamos por la calle Campeche y Allende pero mi mamá me mandaba a comprar cosas a una tienda ubicada por la Allende y creo que Coahuila.

Fue la primera vez que vi al “Sahuaripa”.

Tuvieron que transcurrir quizá 39 años, para que Gilberto Valenzuela y yo, coincidiéramos en el menos imaginable de los lugares: un paraje en algún lugar del camino hacia Soyopa, cuando MIGUEL ÁNGEL MURILLO, a la sazón coordinador de Logística de la campaña de ARMANDO LÓPEZ NOGALES para gobernador, me pidió que acompañara a “El Sahuaripa” hasta su destino, la primera escala de la gira del candidato. “El Sahuaripa” era un platicador obsesivo. Imparable. Durante horas no cesamos de platicar. Más él que yo, que aprove chaba cuando él se detenía para “jalar” aire para contarle de mis cosas. Le dije cómo le había conocido y lo mal que me cayó cuando era niño. Hubo química y durante algún tiempo hubo algunas llamadas por teléfono. Si usted fue contemporáneo de Gilberto Valenzuela, caro lector, seguramente recordará que ganó uno de los OTIS en “Siempre en Domingo”, con RAÚL VELASCO.

Y seguramente disfrutó de sus éxitos, los más sonados. Yo me quedo con las canciones que junto con PEPE JARA, grabó como Dueto Miseria.

¿Mi favorita? “La Puerta Blanca”.

Tengo, para mí, que en ninguna de sus otras interpretaciones, “El Sahuaripa” dejó tan impregnada de sentimiento y fervor por sus raíces como en esta composición. Algo de aquello: “En esta casa de humilde techo, viví la infancia, en aquel tiempo tenía paredes verde esperanza, la puerta blanca…”

¡Ah, la melancolía, dilecto amigo!

Murió Gilberto Valenzuela, “El Sahuaripa”. Caray, ¡qué curiosa es nuestra condición humana! Durante décadas prácticamente nadie de quienes conocimos al “Sahuaripa” lo trajo a una charla de cuates. No existía ya.

O como si no existiera. Tuvo que morirse a los 86 años para que recordáramos que su vida, su esfuerzo profesional y la proeza de haber destacado internacionalmente aun cuando solo cursó cuatro años de la primaria, merecía algo más que contratarlo para amenizar las giras de López Nogales en 1997. Recomiendo sinceramente la semblanza que BULMARO PACHECO está reditando en estos periódicos. De verdad, es excelente.

Me cae que sí.

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ

Y ACÁ, EN CAJEME, LA MUJER, como representante del género, sentó un referente histórico: IVONNE LLAMAS ASENCIO fue nombrada presidenta de Canaco-Obregón, y la foto para la historia no podría ser más descriptiva: al centro, la única mujer que llega a ese puesto y el resto, todos, obregonenses que han pasado por esa dirigencia…

A saber: ARTURO KNAPP, MARCO ANTONIO ARVIZU, MANOLO BARRO BORGARO, EDGAR MANRÍQUEZ, JESÚS NARES, MARIO SÁNCHEZ RUIZ, FAUSTINO FÉLIX CHÁVEZ, LUIS FELIPE GARCÍA DE LEÓN y GUSTAVO ALMADA…

Entre los invitados, estaba ANABEL ACOSTA ISLAS, aspirante por la Alianza PRI, PAN y PRD, a la Presidencia Municipal de Cajeme…

Por cierto, muy interesante el tuitt que, exprofeso, envió Anabel, quien posó con la nueva presidenta de Canaco, refrendando la solidaridad que existe entre las mujeres de vanguardia…

Me cae que sí….

Cito textualmente el mensaje: “Mi total respeto y admiración a Ivonne Llamas al ser elegida como la primera mujer presidenta de Canaco Ciudad Obregón…

“Estoy convencida que harás historia por los resultados que brindarás a empresarios y emprendedores en Cajeme”…

Bien por las mujeres…

¡Y AGÁRRATE, GENOVEVA, QUÉ VAMOS A GALOPAR! Hoy a partir de las 3:00 PM, personal del IMSS de Ciudad Obregón iniciará una marcha que enfilará por la calle Guerrero hacia el oriente hasta llegar a la 5 de Febrero para apostarse frente a Palacio Municipal y allí, justamente, leerle la cartilla al alcalde más incompetente que ha pasado por la alcaldía cajemense…

El propósito de la protesta de enfermeras y enfermeros del IMSS, es muy concreta, muy simple: que se ponga las pilas y asuma su responsabilidad que es, ni más ni menos, que garantizar la seguridad de los ciudadanos…

Lamentablemente, caro amigo, las expectativas no son muy alentadoras. SERGIO PABLO MARISCAL no ha entendido para que está en ese puesto. De hecho, alguien le habrá dicho que para ganarse la simpatía del pueblo y poder reelegirse, sería bueno plantar palmeras en el pabellón central del tramo Obregón-Esperanza…

Tal vez el argumento habría sido el siguiente: si a JESÚS FÉLIX HOLGUÍN le dio resultado, y ganó de nuevo en una elección municipal, por qué a Sergio no?..

Solamente a Mariscal se le hubiese ocurrido pensar que poniendo palmeras en el camellón Obregón-Esperanza, sería suficiente para que a los ciudadanos se les olvidara que las calles están para llorar pues nunca han sido reparadas y tampoco se ha solucionado el terrible problema del drenaje…

¡Hay una gran desvergüenza en la política, verdad de Dios!...

Y HABLANDO DE OTRAS COSAS, no me lo crea usted pero es muy probable que al término de este proceso electoral, el partido Movimiento Ciudadano, se convertirá en una de las fuerzas políticas más prometedoras del país…

Su ventaja es que es atractivo para los jóvenes que ven en MC la organización más decente desde la perspectiva de que, no va en alianza con nadie y que en cada proceso electoral suma cuadros nuevos, con presencia respetable y confiable…

Por lo demás, sus triunfos lo avalan y por algo es el partido en cuyas siglas el candidato a gobernador RICARDO BOURS CASTELO, emprendió, en efecto, un movimiento ciudadano real, competitivo a cuyas filas cada día se suman más simpatizantes…

Las cosas como son…

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com   

Fuente: Mario Rivas

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