El tabasqueño Adán Augusto López Hernández, de reciente incorporación al gabinete, vino a Sonora en su calidad de secretario de Gobernaci??n —y presidenciable de primera línea—.
Muchos pensamos que se había dado tiempo para dialogar con los tres obispos (Hermosillo, Cajeme, Nogales) y así pulsar las relaciones de la Iglesia católica con el gobierno federal, sobre todo por las tensiones generadas —no vistas desde el siglo pasado— entre el Gobierno federal y el Vaticano después del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua hace un mes.
Pensamos también que quizá se había trasladado al Sásabe o a Nogales, para palpar los asuntos migratorios y medirle el agua al tráfico de personas, que se da con una mayor intensidad en estas regiones y evaluar el trabajo de los agentes de migración, que si bien no están bajo su autoridad, le corresponde a Gobernación evaluar en forma permanente las cuestiones relativas a la población ahora que la migración de México hacia los Estados Unidos se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza en las relaciones con ese gobierno.
Dijimos: ojalá que se haya reunido con sus colaboradores del área de Gobierno y el renglón de juegos y sorteos para analizar el efecto de los casinos en Sonora, y si son necesarios tantos y si todos los instalados cumplen con la normatividad de la Secretaría a su cargo. ¿Se enteraría que en lo que va del sexenio federal, gobernación no cuenta con un delegado?
También nos preguntamos si le informarían que las dirigencias de los partidos políticos en la entidad tenían puntos de vista distintos a los del gobierno con relación a la iniciativa de reforma electoral que impulsa el Presidente López Obrador, y por eso los invitó a dialogar para conocer sus argumentos, sobre todo y más importante, lo relativo a la supuesta desaparición del INE, los órganos estatales electorales, y la disminución de regidores en los ayuntamientos.
O puede ser, pensamos que desde el Congreso del Estado lo invitaron a platicar con las diferentes fracciones legislativas (o lo que queda de ellas), para conocer la agenda de trabajo legislativo local y la postura del gobierno federal acerca de la disminución de diputados en los Congresos locales, dizque para hacer menos cara la democracia.
Nos preguntamos si invitaría a los empresarios sonorenses a dialogar para conocer sus puntos de vista sobre la gobernabilidad, el estado de Derecho y las principales preocupaciones empresariales sobre los riesgos de la inversión privada a causa de la inseguridad pública existente en la entidad, o si escucharía a los presidentes municipales en su recurrente queja de falta de recursos para enfrentar la demanda ciudadana de más obras y mejores servicios, que a casi un año de gestión no ven claro todavía.
O si revisaría con las autoridades del ramo la política penitenciaria y el estado que guardan las cárceles federales en Sonora y en general el sistema estatal penitenciario, para apoyar propuestas que permitan sanear el sistema y combatir sus ancestrales problemas.
Pues no, no vino a eso Adán Augusto nos dijeron. Qué pena por los que se quedaron esperando. Y si no fue para eso la gira del titular de Gobernación, entonces ¿a qué vino a Sonora?
En los primeros meses del año vino a promover la revocación de mandato, en manifestación pública organizada por el gobierno estatal, y acompañado del dirigente de Morena Mario Delgado, en esa ocasión le criticaron la utilización de un avión de la guardia nacional para hacer proselitismo.
Ahora, la primera sorpresa fueron los espectaculares con su foto para darle la bienvenida. Algo innecesario y fuera de lugar en los tiempos de la modernidad política. Eso indicaba que se trataba de una gira de promoción personal y no de trabajo.
Según los organizadores, solo vino a atender mineros y dar una conferencia sobre “la política interna de México” en el Expofórum Hermosillo.
Su viaje fue autorizado desde luego por quien es su jefe directo, en un juego de promoción ya abierto a sus favoritos para la sucesión presidencial, y como se trata del último de los incorporados a la terna, no se le conoce mucho en el país y aparece todavía bajo en las encuestas.
Entonces, si vino a placearse nada más, quedaron pendientes los grandes temas nacionales: El diálogo con las iglesias y los empresarios; las tensiones con Estados Unidos y Canadá; la alta inflación y sus efectos sociales; el futuro de la reforma electoral; el diálogo con las oposiciones; así como los distractores como el Caso Colosio, Enrique Peña Nieto, etcétera.
Con tantos cambios en los últimos sexenios, hacía rato que no se veía a un titular de gobernación hacer proselitismo en busca de la candidatura.
Desde Luis Echeverría Álvarez, que fue candidato y presidente de México para el sexenio 1970-1976, no ha habido otro secretario de Gobernación que haya sido candidato y presidente.
Antes sí, lo fueron: Alemán, Ruiz Cortines y Gustavo Díaz Ordaz. Y después aspiraron al cargo: Moya Palencia, Olivares Santana, Bartlett y Labastida. Fox fue antes gobernador de Guanajuato, Calderón ganó la interna en el PAN, Peña Nieto fue gobernador del Estado de México y López Obrador fue dirigente nacional de un partido opositor.
¿Qué puede suceder en el 2024 con una autoridad electoral desgastada y vilipendiada (INE) y con una secretaría de Gobernación (que debería arbitrar en los conflictos) ahora como juez y parte, con un titular que afirma que el INE no lo va a sancionar por sus actos anticipados de promoción personal porque ¡los diputados lo van a desaparecer!? Cuidado con eso.
Desde 1940, las únicas sucesiones en paz han sido las de 1958, con López Mateos; la de 1964, con Díaz Ordaz; la del 2000, con Ernesto Zedillo; y la del 2018, con Enrique Peña Nieto.
Hubo problemas y tensiones fuertes en 1940, 1952, 1976, 1988, 1994, y una crisis mayor en 2006 cuando, a decir de José Antonio Crespo, nunca se supo quién realmente ganó la elección.
El gobierno de la llamada 4T anda de mal humor, y más lo estará si la economía no crece, la inflación se dispara y las tensiones internas (iglesias) y las externas (Tec Mex) se complican aún más.
Morena no le garantiza al presidente, unidad en el proceso de selección del (la) candidato(a) presidencial por la obsesión por heredar sucesor (a) y ese es otro riesgo. Lo estamos viendo en al caso del Estado de México que será su principal laboratorio en el 2023.
Pocos saben a qué vino, el secretario de gobernación Adán Augusto a Sonora por segunda ocasión en un semestre, aunque muchos lo imaginamos. ¿Será el tercero en… o la auténtica manzana de la discordia? No tardaremos mucho en saberlo.
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