OPINION

Sucesión adelantada ¿Por qué el método no cambia?

Columna de opinión de Bulmaro PachecoCréditos: TRIBUNA
Por
Escrito en OPINIÓN el

Venustiano Carranza fue el primer presidente de México que intentó dejar sucesor pese al costo político. Por alguna razón tomó partido por Ignacio Bonillas, a quien conoció en Sonora. Bonillas (1858-1942), ingeniero civil por la Universidad de Boston, presidente municipal de Nogales y prefecto de Magdalena y Arizpe, miembro del gabinete alterno carrancista y embajador en Washington, fue diputado de la XXIII Legislatura local que se negó a reconocer como presidente al usurpador Victoriano Huerta.

El intento de Carranza por imponer a Bonillas le costó la vida en Tlaxcalantongo, Puebla, en mayo de 1920. Adolfo de la Huerta — como secretario de Hacienda— buscó ser el sucesor de Álvaro Obregón en 1923, pero Obregón ya tenía un favorito en la persona del secretario de Gobernación Plutarco Elías Calles. Inconforme, De la Huerta se rebeló y lo acompañó una parte importante del ejército; pero terminó exiliado en Los Ángeles, California, y regresó a México hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas. Calles percibió de inmediato la intención de Álvaro Obregón de reelegirse en 1928 y poco hizo por evitarlo. El resultado es de sobra conocido: Obregón fue asesinado. El sistema político entró en crisis, porque iba a ser el primer sexenio de gobierno que se cubrió con tres presidentes: Emilio Porte Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. Aun así, Calles — fundador del PNR— influyó en la postulación de Lázaro Cárdenas, que cubrió el primer sexenio de 1934 a 1940. Cárdenas batalló, porque su favorito era Francisco J. Mújica, pero optó por un perfil conciliador como Manuel Ávila Camacho. Ávila Camacho optó por un civil, su secretario de Gobernación Miguel Alemán, que desde inicios del sexenio punteó entre los aspirantes. Alemán por su parte sorprendió con Adolfo Ruiz Cortines, un personaje que había seguido la carrera política del presidente como gobernador de Veracruz y secretario de Gobernación. Ruiz Cortines hizo finta con varios aspirantes y al final se decidió por el secretario de Trabajo Adolfo López Mateos. Gustavo Díaz Ordaz, secretario de Gobernación, siempre fue el favorito de López Mateos. Gobernó México de 1964 a 1970. A su vez otro secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, sería el favorito de Díaz Ordaz para gobernar de 1970 a 1976.

Echeverría tenía varios aspirantes al final de su gobierno (Moya,Gálvez,Cervantes) y al final se decidió por José López Portillo, que gobernó de 1976 a 1982. López Portillo se decidió por Miguel De la Madrid, y él a su vez por Carlos Salinas de Gortari, su secretario de Programación y Presupuesto. Con De La Madrid en el poder se agudizó la crisis del método sucesorio al darse la primera ruptura en el PRI, por desacuerdos con una corriente política fuerte como lo fue en su momento el cardenismo. Esa ruptura le costó al PRI casi seis millones de votos (31.12% de la votación total) que se llevó Cárdenas en 1988, así como los resultados electorales más cuestionados de la historia reciente de México.

La otra crisis del PRI se da en 1994 con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el candidato elegido por Carlos Salinas de Gortari después de un proceso sucesorio desaseado que había generado fricciones con Manuel Camacho Solís, regente de la Ciudad de México. Salinas vuelve a elegir candidato en la persona de Ernesto Zedillo, quien gana la presidencia con el más alto porcentaje de participación logrado en los últimos 28 años (el 77.7%) en la elección de 1994. En el 2000 el PAN gana la elección presidencial, y se pensó que el método sucesorio iba a cambiar con otro partido en la presidencia. No fue así y desde mediados del sexenio de Vicente Fox se empezó a hablar de Martha Sahagún, su esposa, y de Santiago Creel, secretario de Gobernación.

El PAN impulsaba por su lado a quien había sido su presidente nacional: Felipe Calderón. Y en una interna en 2005 le gana a Creel la candidatura. Calderón ganó la Presidencia en 2006, y nuevamente se pensó que el método sucesorio iba a cambiar… pero no. Desde el principio de su gobierno Calderón impulsó a Ernesto Cordero y lo promovió en distintas posiciones dentro de su gabinete. El PAN presionó por la exsecretaria de Educación Josefina Vásquez Mota, y al final fue ella la candidata que perdió ante Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, y llevó al PAN en el gobierno al tercer lugar de las preferencias. Peña Nieto tardó en tomar la decisión sobre quién sería la carta para sucederlo. Originalmente se pensó en su secretario de Hacienda (Videgaray) y el de Gobernación (Osorio). Al final se decidió por José Antonio Meade, al que fogueó antes en varias secretarías de Estado, pero que llevaría al PRI al tercer lugar en las preferencias en el 2018.

Con el arribo de la llamada 4T al poder se pensó —por enésima ocasión— que daría un cambio en el método sucesorio iniciado por Carranza en 1920. Al tratarse de un partido (Morena) fundado apenas cuatro años antes de llegar al poder, y que llegó hablando de un cambio profundo en la vida política del país, había esperanzas de que así fuera… pero no. El presidente López Obrador decidió que el “método de encuestas” será el único para seleccionar al candidato presidencial del 2024, y él se reserva para sí los nombres de quienes pudieran participar en esas encuestas, dando prioridad a la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, al canciller Marcelo Ebrard y a su recientemente incorporado secretario de Gobernación Adán Augusto López (el más cercano a su confianza y la verdadera carta sucesoria del presidente, a juicio de los críticos). ¿Por qué después de más de 100 años y con tantos cambios constitucionales y políticos, el método sucesorio no ha cambiado en México? ¿Por qué todos los presidentes, (incluso los que dijeron que cambiarían la política de fondo) se han reservado para sí mismos la decisión final?

¿Por qué (desde 1988, cuando De la Madrid propuso a Carlos Salinas) ninguno de los favoritos de los presidentes para la candidatura (Colosio, Labastida, Creel, Cordero, Meade) ha llegado a la Presidencia? ¿Por qué, a pesar de que la realidad política de México ha cambiado con la pluralidad, el voto a la mujer, el pluripartidismo y la ampliación de la representación, el método sucesorio sigue siendo el mismo que aplicaron los últimos presidentes de México?

Años antes, la sucesión empezaba a ser tema después del cuarto informe presidencial. La opinión pública comenzaba a señalar nombres, sus virtudes y sus defectos. Ahora la situación ha cambiado. Ha sido el propio presidente López Obrador quien ha encartado y descartado a los probables del partido en el poder y sin rubor alguno los autoriza a que se promuevan incluso utilizando recursos públicos y distrayendo a la administración pública. Todo eso, con una marcada preferencia presidencial por Sheinbaum y Adán Augusto, frialdad con Ebrard y la exclusión de Ricardo Monreal —por la permanencia del método sucesorio que cumple 102 años—,auguran la posibilidad de fractura en ese partido y le baja a la euforia a quienes predicen que la historia ya está escrita para Morena y los mexicanos en 2024. Se me hace que exageran y que viven la euforia propia del triunfalismo y la soberbia…Los van a despertar… Todavía falta.

bulmarop@gmail.com