Los bailes populares en la comunidad de Cajeme se encuentran en la añoranza de lo que muchos, en algún momento de su vida, disfrutaron: a través de la tradición, de ir a algún lugar a 'echar la bailada' o simplemente 'escuchar música'. Lo popular era lo que distinguía a gran parte de la población de todas las edades legales entre los 80 y 90 en esta localidad, y fue lo que verdaderamente marcó toda una época en Ciudad Obregón y sus alrededores. Baileros y cumbiamberos eran algunas de las etiquetas que alcanzaban quienes tenían el gusto por la música grupera; norteña, de banda o de corridos, y que era ya un aspecto característico, propio de nuestra región y que se disfrutaba a través de los bailes para todo público.
La fuerza que toman las localidades del sur de nuestro Estado en la economía, dentro del periodo de tiempo antes mencionado, es equivalente con la actividad empresarial de promocionar bailes y eventos masivos de fiesta popular, que fueron foro de los grupos musicales en tendencia, ya sean estos locales o nacionales; algunos ya extintos y otros aún en vigencia. ¿Quién de los obregonenses no ubica a 'La Concentración', a 'Los Hermanos Barrón'; al 'Grupo Bacanora', originario de Providencia; al emblemático de la Cumbia Repetidora, 'Pautazul'; a Su Majestad 'La Brissa', orgullo de Estación Corral; al 'Juvenil San Antonio'? ¿Quién no recuerda el sonar de 'Gema y su Grupo' con su Baile del Esqueleto; las bandas 'Regional del Paso', la de 'Guamuchil', 'La Triguera' y más, cada uno en su espacio y en su escala de reconocimiento para lo que habían sido creados: hacer bailar multitudes.
Desde que se anticipaban este tipo de eventos con la publicidad, las masas bulliciosas iniciaban su preparación para asistir a lo que sería un alboroto y una 'fiesta popular, para todos'; el impacto en cuanto a lo que representaba la derrama económica en este sentido, era muy significativa, todo lo que implicaba la cadena de valor, echando andar desde la promoción hasta la realización de un evento de esta naturaleza, alcanzaba a comerciantes de todo tipo: el gastronómico, con los dogueros y taqueros, churreros y botaneros; aquellos que tenían venta cerveza, jarritos locos y más, los de los puestos de recuerdos y detalles como flores; fotógrafos ambulantes, que querían captar las imágenes propias de gente y parejas divirtiéndose; el negocio de los estacionamientos, las tiendas de ropa, el de los medios de comunicación y hasta los de giro hotelero. Todos tenían, en el marco de estas fiestas, gran afluencia y demanda.
Con el sonar en radio del eslogan: "Porque el lunes... No se trabaja", empezaba el alboroto del puente del 20 de noviembre para esperar a ‘Los Huracanes de Norte’. Ya como parte de la tradición en varios espacios del municipio, esta fiesta anual era una garantía; toda la gente esperaba, siendo del gusto de la música o no, dicho evento para hacer gala de su presencia en él, e ir a disfrutar de la convivencia sana que prevalecía en este, ya hoy extinto baile, que durante casi dos décadas de forma ininterrumpida esta agrupación hacía en nuestra comunidad.
El grupo 'Laberinto' hizo fama en esta región, se posicionó y tomó fuerza como uno de los grupos que, de forma incansable desde sus inicios, logró amenizar en un conocido centro nocturno llamado 'Los Jardines', para de ahí pasar a espacios abiertos de bailes y ferias de gran etiqueta popular, como en las Fiestas de Cócorit y Esperanza; ¿quién no esperaba el baile principal entre las fechas en las que se llevaban a cabo este tipo de eventos y era este grupo el que amenizaría con la categoría con la que hoy luce de forma internacional? Hoy, solo queda en el recuerdo el volverlos a ver amenizar un baile, muy a lo largo.
Las fiestas de Cócorit, en honor a San Juan, comenzaron en 1962 y se caracterizan por incluir actividades culturales, exposiciones, gastronomía y bailes populares. Hoy, de ser un célebre evento hasta con palenques trayendo artistas de lujo, es básicamente lo que cubre la tradición de cumplir con algo para que no desaparezca, y no pase inadvertido. Quienes fueron testigos de aquellos gloriosos años de estas ferias, ahora saben que no es ni el mínimo comparativo de la alegoría y alboroto vivido en aquella época, y que uno de los grupos que no faltaba, como parte de los bailes estelares en su espectáculo, era el 'Tropicalísimo Apache', que hacía bailar a quien escuchaba su peculiar y tan gustado estilo en su rítmica composición musical.
La añoranza también se traslada a quienes vivían al sur de la ciudad, en las inmediaciones de la colonia Primero de Mayo, con el centro de eventos llamado 'Social Obregón', donde se hacía cita con famosos como 'Los Invasores de Nuevo León', que cuando asistían a nuestra localidad hacían una verbena entre la gente caminando desde sus lugares de residencia para entrar al baile, o si no, solo escuchar desde afuera. Esto se registra a principios de los 90, cuando Cajeme era distinguido por la regia visita de esta agrupación.
Las fiestas del Campo 5, en el mes de octubre, junto a las de Quetchehueca, eran parte del disfrute de la gente que el pueblo ocupaba para tener pretexto de ir a bailar a los sectores rurales cercanos. En el marco de estas fiestas promovidas por personajes de la política oriundos de estos lugares, sonaban los grupos musicales y las bandas para que las masas de la urbe se complementaran con quienes vivían en el campo, y con ello cumplir con divertirse. Se pudieran enlistar más fechas en tradiciones que como motivo; hace algunos años hacían una parafernalia digna y representativa de la cultura de Ciudad Obregón.
La Expo Obregón servía de foro para la promoción de grupos con sus bailes populares; y fuera de este tiempo, en fechas emblemáticas, se organizaban bailes con una etiqueta propia del tiempo en el que se disfrutaban, siendo solo recuerdo el baile 'Del Quemado', después de Semana Santa, el famoso baile 'Del Piojillo', en tiempo de enero, o el típico baile 'Del Calorón', entre los meses de julio o agosto; que hoy en día solo este último es el que prevalece en la lista de vigencia para la concurrencia de dicha fiesta, y que con relación a años anteriores, no hay comparación.
La alternancia en los estilos de diversión de los jóvenes, es parte de lo que ha provocado la baja en la posibilidad de ir a los bailes; la propuesta en el disfrute de una fiesta en donde el gusto por la música regional mexicana y cumbias se da más, actualmente, por goce de la privacidad a contratar un grupo norteño o una tecno-banda, y esto debe ser por la certeza de estar en la confianza y la seguridad que algunos buscan; por otro lado, quizá las agrupaciones, tienen en su agenda que considerar aspectos que definan qué tan beneficioso es acudir a un lugar a dar un 'show', y que no siendo rentable al promotor del mismo, no se lleven a cabo; o quizá la respuesta sea por el hecho alejarse de los riesgos que implica, dedicarse hoy, a ofrecer deleite y diversión musical a las masas que gustan del bailar en una fiesta popular.
