Tehuacán, Puebla.- Por intentar realizar una buena acción, una mujer identificada como Verónica Inés ‘N’, de 49 años de edad, terminó presa en Puebla y ahora, su familia está denunciando a las autoridades de la entidad por mantenerla retenida sin contar con una orden de aprehensión, así como también aseguran que la fémina fue torturada y golpeada por los efectivos. El caso continúa en proceso y la mujer sigue detenida.
Los hechos comenzaron hace unos días, cuando la presunta víctima, su esposo y su hija, encontraron un teléfono celular de la marca iPhone y lejos de intentar quedárselo, las personas publicaron información sobre su hallazgo en un grupo de WhatsApp de su comunidad, en Tehuacán, Puebla. Según declaraciones brindadas por el esposo de la víctima, ellos tenían la disposición de devolver el celular a su propietario.
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Supuestamente, una persona que se identificó como la madre del propietario, logró concertar una cita con la víctima para que ella devolviera el celular; sin embargo, al día siguiente, es decir el domingo 20 de octubre a las 17:00 horas, dos camionetas de agentes ministeriales de la Fiscalía Especializada de Investigación de Secuestro y Extorsión (FEISE) se presentaron en el lugar de trabajo de Verónica Inés ‘N’, para llevársela detenida, esto sin contar con una orden de aprehensión.
Según las autoridades, la fémina tenía un teléfono que pertenece a una persona secuestrada por lo que procedieron a la detención de la madre de familia. De acuerdo con lo dicho por el marido de la víctima, los efectivos no brindaron información sobre a dónde llevaron a la fémina y mantuvieron incomunicada durante un tiempo considerable. Finalmente lograron encontrarla en la capital poblana, pero cuando pudieron verla se percataron de que la mujer tenía huellas de tortura.
El esposo de la agraviada informó que aún no han liberado a Verónica Inés ‘N’, por lo que están intentando demandar debido a que se le retuvo sin pruebas y sus derechos humanos fueron violentados. Por otro lado, el hombre indicó que cuentan con todas las pruebas necesarias que abalan que el teléfono no les pertenece y que solo estaban intentando devolverlo a su propietario: “No somos delincuentes y a mi esposa la torturaron”, declaró el masculino a un periódico local.
Fuentes: Tribuna