Ciudad Obregón, Sonora.- Una enérgica exigencia para que el sector terciario sea expresamente excluido de la reducción de la jornada laboral, manifestó la Cámara Nacional de Comercio en Ciudad Obregón.
Gustavo Cárdenas García, replicó la petición lanzada a nivel nacional, por parte de la Concanaco, opinando que es una reforma sin realismo operativo ni diálogo territorial, y que solo genera más informalidad, menos productividad y mayor incertidumbre para millones de negocios cumplidos.
Está desbordándose la informalidad, es algo incontenible ahorita, no solo en Ciudad Obregón, sino en todos lados y esto de la reducción de las horas trabajadas, no ayuda a frenarlo, sino todo lo contrario”, comentó el dirigente local del comercio.
Señaló que, a diferencia de los sectores industriales con procesos medibles por hora trabajada y producción automatizada, el comercio, los servicios y el turismo, dependen del flujo constante de consumidores y horarios extendidos y atención al público durante fines de semana, días festivos y horarios nocturnos.
La remodelación del 116 de la organización internacional del trabajo, señala que toda reforma de jornada laboral, debe implementarse con base a las condiciones económicas, sectoriales de la productividad, evitando daños colaterales a sectores con alta intensidad de empleo”, recalcó Cárdenas García.
Por lo anterior, no se puede aplicar la misma lógica de reducción a quienes dependen del contacto directo de la clientela, como una tienda familiar o una cadena nacional de autoservicios”, expuso.
Es una reforma muy riesgosa por las consecuencias que va a tener. Por ejemplo, si hablamos de una oficina, creo que se pueden adecuar a las 40 horas, pero nosotros los prestadores de servicios y las mipymes, pues no. Imagina un hotel, un restaurante o un bar que tiene que abrir los fines de semana, lo que le va a generar de gasto adicional. Imagina una tienda que tenga que cerrar sábados y domingos para evitar costo extra”, recalcó.
Recordó que, en otros países, ese tipo de decisiones se toman previo a procesos extensos de consulta y otros mecanismos, mientras en México, no tiene diagnóstico técnico ni rutas de implementación.
Señaló que se deben tomar en cuenta los altos costos operativos, como energía, renta, transporte, regulaciones complejas, normatividades sanitarias, comerciales y turísticas y el alta carga fiscal.
Fuente: Tribuna
