Ciudad de México.- La reconocida influencer, YosStop, recientemente brindó una entrevista para TV Notas, en la que finalmente ha revelado todo lo que vivió dentro de la cárcel, catalogando esta experiencia como la pero de su vida y que en definitiva a marcado el rumbo de su vida. La exyoutuber confesó que le hizo trágica suplica a Dios para que la sacara de ese lugar o que ya la matara si no quedaba libre.
En junio del 2021, la influencer fue detenida por elementos de la Fiscalía General de Justicia, bajo los cargos de poseer y difundir pornografía infantil, además de supuestamente violentar a víctima de abuso. Después de varios meses encerrada, Yosseline Hoffman, nombre de YosStop, logró salir y se mantuvo fuera del ojo público hasta este año 2025. Al haber sido absuelta de los cargos y que su nombre se limpiara, finalmente habla de la terrible experiencia que vivió dentro de prisión, destacando que aprendió de esta experiencia y está "mejorada, reconstruida", pues "antes era inmadura, superficial, soberbia, menos empática".
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La influencer mencionó que a sus 21 años comenzó con su canal de YouTube siendo una de las pioneras, cuando las redes no eran como ahora que había tanto generador de contenido y no estaban muy legalizada la situación, ni había tanta estrategia, por lo que siempre fue genuina y transparente con como era, hablando las cosas como las pensaba: "Cuando comencé a hacer contenido no existían las reglas de ahora. Algo padre era que podías decir lo que querías. Era lo que las diferenciaba de la tele. Poco a poco se pusieron más reglas. Aun así, todavía falta regular".
YosStop declaró que la libertad de expresión no es verdaderamente comprendida y solo se habla de lo que conviene, así como le pasó a ella, por lo que en 2018 ella dio su opinión de una pelea en base al tema por el que la encarcelaron, después fue denunciada vía TikTok y después toda la información se difundió como un teléfono descompuesto, sin el contexto real: "Se dijo que me burlé de un abuso cuando solo hablé de una pelea. Los medios de comunicación difundieron a conveniencia los verbos: 'Almacenar, difundir, distribuir y describir'. Dijeron que hice todo eso y abusé de esa persona. Ni siquiera la conocía".
La hermana del también youtuber, Ryan Hoffman Badui, declaró que ni ella ni sus abogados pensaron que sería llevada a prisión, porque en realidad no había un fundamento: "Manejaron ese discurso en los medios. Tuve que pagar por los perpetradores. Algunos se fugaron. Otro salió por el procedimiento abreviado, ya que se declaró culpable. Yo no me iba a echar la culpa de lo que no hice". Sobre lo que aprendió, es que fue ingenua al pensar que no sucedería nada porque es inocente, ya que al ser figura pública eso no importa.
Según la influencer, el precisamente ser figura pública fue lo que la llevó a prisión, ya que su caso se hizo muy viral y al ser elegida como la villana por la opinión, todo jugó en su contra y el cometer un error la llevó al peor momento de su vida, mientras que afuera hay casos peores, pero no hacen nada porque no se trata de un famoso: "De las nuevas generaciones de influencers esperaría que aprendieran de lo que ha pasado. Aguas con lo que dices, haces, compartes. Cuando hay una exposición pública, puede pasar cualquier cosa".
En prisión no estuve en población. Fue tortuoso, porque estuve sola. Traté de no enloquecer. Mi día a día era como en Alcohólicos anónimos: 'Este día sobreviví, no enloquecí, vamos bien'. Creo que a largo plazo sí puede hacer mucho daño mentalmente. Mi familia me llevaba antidepresivos y ansiolíticos, además de comida, 2 veces a la semana. Trataba de que se conservaran los alimentos, porque no la puedes refrigerar", narró sobre su experiencia dentro.
La sobrina de Ginny Hoffman declaró que al verse en prisión se hizo creyente en Dios, no religiosa, pero sí empezó a leer sobre las religiones, sobre Dios, la Virgen de Guadalupe y otras deidades de diferentes religiones, y en su desesperación por no querer estar más tiempo entre las rejas, le pedía a Dios que la liberara o la matara: "Recuerdo muchas noches en las que me ganaba la desesperación. Lloraba horrible. Le pedía a Dios: 'Por favor, haz algo. Sácame de aquí o mátame, pero ya no me dejes’. Decía: ‘Si por alguna razón tengo que quedarme más tiempo, no voy a aguantar'. Fue un purgatorio".
Finalmente, confesó que al estar dentro de prisión se pierde la vanidad y la dignidad, que no hay espejos para verse, que las duchas son a cubetazos y hay horarios para recolectar el agua para bañarse, la cual está muy cochina, y para dormir es el mismo martirio, ya que no hay camas ni colchón: "En población duermen hasta en el suelo. También tienes que cuidar que no te roben. Me decían que me faltaba barrio. No sabía si eso era algo bueno o malo. Afortunadamente nunca me agredieron".
Fuente: Tribuna del Yaqui