Hace unos días Ciudad Juárez fue el campo de batalla de un enfrentamiento entre grupos criminales. El saldo de este día de terror en la ciudad fronteriza fue de 11 personas asesinadas, entre quienes se encuentran; un menor de edad de 4 años de edad, quien perdió la vida en una rafaga de disparos; dos empleadas que se encontraban dentro de la tienda en la que trabajaban, la cual fue incendiada; y cuatro personas más, que fueron acribilladas a las puertas de una pizzería.
Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad, explicó en la conferencia mañanera que los hechos ocurridos comenzaron por una batalla entre dos pandillas; Los Mexicles y los Chapos, en la cárcel estatal de Chihuahua. “Alrededor de las 13.00 horas del jueves, integrantes del grupo conocido como “los Mexicles”, atacaron a integrantes de Los denominados “Chapos”, dejando un saldo de 20 heridos y 2 asesinados por armas de fuego.” Declaró el subsecretario.
El pleito dentro de la prisión fue orquestado por Ernesto Alfredo Piñón, El Neto, uno de los líderes de la banda Los Mexicles, sentenciado a más de 200 años de prisión, quien presuntamente, para evitar su traslado a una cárcel de máxima seguridad, ordenó originar el pleito entre reos. Las autoridades tuvieron dificultades para contener la riña dentro del penal, sin embargo tampoco aceptaron ayuda del ejército para lograrlo.
Horas después, los ataques se extendieron a las calles de la ciudad. Durante 6 horas, Ciudad Juárez vivió diversos atentados, aparentemente, todos orquestados por Los Mexicles. Durante este tiempo, se observaron personas con rifles y bombas en toda la ciudad, sin que ninguna autoridad consiguiera impedirlo. Los blancos de ataque fueron tiendas de conveniencia de grandes cadenas como Rapiditos Bip-Bip, OXXO, Circle K o Del Río, además de la masacre en una de las sucursales de la pizzería Little Caesars y el ataque con bombas molotov a una gasolinera. También fue denunciado el incendio de un autobús que transportaba al personal de una fábrica maquiladora conocida.
Los videos que documentan lo sucedido muestran una escena escalofriante, una ciudad controlada por el crimen organizado. Personas armadas atacando a la sociedad civil y enfrentamientos con policías estatales y municipales, en los que las autoridades claramente llevaban la desventaja.
Fue hasta la 1 de la madrugada, es decir casi 12 horas después de que comenzaran los ataques, cuando se realizaron las primeras detenciones por parte de la policía municipal. Seis personas identificadas como pistoleros del grupo de Los Mexicles fueron arrestados. El presidente de la república, Andres Manuel Lopez Obrdor, lamentó los hechos, haciendo hincapié en el asesinato de los civiles y expresó que “ojalá no vuelva a suceder.”
Pero, ¿qué está pasando con los ataques orquestados por los grupos criminales? Las declaraciones de Lopez Obrador resultan escuetas e insuficientes para el tamaño de violencia de los actos sucedidos en Ciudad Juárez, sobre todo sí pensamos que los hechos comenzaron en un penal, en el que supuestamente debería garantizarse la seguridad. Pero, por el contrario, lo que esta situación exhibe es una enorme corrupción dentro del Cereso Estatal número 3 de Ciudad Juárez.
Esta situación es más que grave, no es difícil suponer que hay grupos criminales manejando el penal, o al menos, con una gran influencia en él. Las armas, con las que cuentan algunos reos es prueba irrefutable de ello. Además, no sería la primera vez que se ve algo así, pensemos en el caso del Cereso de Piedras Negras en Coahuila, que fungió no solo como refugio para los Zetas, sino también como centro operativo donde, asesinaban, desaparecían, mantenían a personas secuestradas y modificaban autos para transportar droga a Estados Unidos.
Pero quizá mas grave sea la utilización de la violencia contra la sociedad civil como método coercitivo. Este modus operandi parece estarse volviendo recurrente, el ataque en Ciudad Juárez se da unos pocos días después de agresiones similares en las ciudades de Jalisco y Guanajuato, donde grupos del crimen organizado quemaron automóviles, camiones y además bloquearon varias carreteras, las tiendas de la cadena Oxxo, también fueron el blanco principal, más de 20 sucursales fueron incendiadas.
Estos ataques fueron la reacción de los grupos del crimen organizado por el intento del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de detener a dos supuestos cabecillas del Cártel Jalisco Nueva Generación, conocidos como: El Doble R y el Apá.
Lo que estos ataques nos dejan ver, e intuyo se hacen con esa finalidad, es el cada vez más grande poder que tiene la delincuencia organizada en el país. Esta exhibición de poder, no sólo es para mostrar los recursos (armas y personas) con las que cuentan, sino también la impunidad de la que gozan. Los actos son solo una pequeña muestra, del daño que pueden causar sí se lo proponen.
A la luz de todo esto, no parece ser casualidad que los ataques ocurrieran justo después de que el Presidente Lopez Obrador anunciara que la Guardia Nacional pasará a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional bajo un decreto presidencial. Organizaciones no gubernamentales, e incluso la ONU han advertido los riesgos de incremento de violencia al militarizar la seguridad civil. ¿Fué esta una medida desesperada ante el inminente incremento de la fuerza por parte de los grupos criminales?
¿Hasta cuándo se reconocerá la fallida estrategia implementada contra el crimen organizado? Probablemente no durante este sexenio. Por lo mientras, como siempre, será la población quien pague el precio de estas decisiones.
@carloszapienmx