PORFIRIO Muñoz Ledo, gran conocedor de las entrañas del PRI, PRD y MORENA (de los dos primeros fue su dirigente nacional) denuncia este fin de semana que lastimosamente, la llamada “cartilla moral” presentada hace unos días por el presidente de la República, debía primero ser aplicada a los principales promotores de esta llamada “Cuarta Transformación”.
Y para refrendar sus dichos, asegura que muchas de las candidaturas de MORENA son meras “imposiciones”, mostrando de esa manera la antidemocracia en un partido que debiera ser congruente con su discurso.
Las declaraciones de don Porfirio fueron “refrendadas” este fin de semana por Andrés Manuel López Obrador en la gira que llevó a cabo por Baja California. Sin tapujo alguno, abordó el tema electoral, pronunciándose por el deseo de una victoria de su partido en el 2021 y criticando duramente la posibilidad de una alianza entre el PAN y el PRI para competir en los comicios venideros.
Es altamente probable que el presidente haya cometido un delito electoral y ya se preparan denuncias en su contra. Pero más allá de esa actitud ilegal, habría que poner sobre la mesa una evidencia más del pensamiento totalitario del principal inquilino de Palacio nacional.
Y todavía más, habría qué esperar la respuesta que asuma ante estos hechos el Instituto Nacional Electoral, que a últimas fechas se ha observado muy complaciente con AMLO.
Las declaraciones de Muñoz Ledo, corroboradas por los “dedazos” en la designación de algunas candidaturas a gobernador, tal y como ocurrió en el caso de Sonora con Alfonso Durazo y la soberbia presidencial, hacen recordar al PRI de los años setenta y más atrás.
Hay ocasiones, como esta, en la que es inocultable el ADN priísta que corre por sus venas. De aquel PRI omnímodo, del que dejó para la historia presidentes totalitarios, propios de una “dictadura perfecta”, como en su momento lo calificó el escritor Vargas Llosa.
ANTE LA EXPOSICIÓN de videos que se viralizaron en las redes sociales y donde se deja testimonio de la violencia con la que están actuando grupos de yaquis que tienen tomada la carretera de cuatro carriles en el sur del estado, la gobernadora Claudia Pavlovich recordó que a inicios de este mes de noviembre envió una carta a las principales autoridades federales, solicitándoles su intervención para dar por terminado este escenario tan inestable y que tanto daño está provocando a la economía, la imagen y la inseguridad para propios y extraños… Antes que nada, efectivamente es de incumbencia federal los hechos delictivos que se cometen cuando menos en cuatro puntos sobre la carretera al norte de Ciudad Obregón… Es la Federación quien debe resolver ese problema… Sin embargo, al enviar esta carta, el Gobierno del Estado manifiesta también su deseo de no intervenir, en estricto cumplimiento de la Ley… Pero los ciudadanos y comerciantes que circulan por esta rúa, no son federales, estatales o municipales… Simplemente son ciudadanos y son sonorenses… La falta de autoridad, es una realidad también de estos tiempos… Se parece mucho a la incapacidad e incompetencia para gobernar… Es muy difícil resignarse a vivir con estos niveles de violencia, pero desgraciadamente, los actuales funcionarios de la “cuatroté” son lo suficientemente insensibles como para no escuchar y no ver nada… Solo queda la probabilidad de que, cuando suceda una tragedia en esos puntos del sur de Sonora, entonces podría moverse alguna voluntad y se animen a cumplir con su responsabilidad: Aplicar la Ley.
QUEDA debiendo el Partido Acción Nacional su determinación de ir en una alianza con el PRI para buscar el Gobierno de Sonora… Todo, indica, hay fuerzas “conservadoras” que se mueven con todo su poder y presionan para evitar dicha coalición… Estaremos muy atentos a lo que resuelvan en las próximas horas… Hay aún mentalidades que están anteponiendo su interés personal o de grupo, a un interés mayor… En su deseo de aplicar la soberbia, quieren todo el poder… No reconocen que hay momentos en que es preferible tener una parte del pastel, a quedarse al final, sin nada.