LA IGLESIA CATÓLICA EN Sonora ha enviado un exhorto a las feligresías de Cajeme, Hermosillo y Nogales, para que el venidero 06 de junio de 2021, acudan a las urnas emitir su voto. Es un texto desprovisto de densidad religiosa e incluso, se refiere a todo ciudadano con independencia de la fe que profese: deben votar por el candidato de sus preferencias como la única opción que en el marco de nuestra democracia, se puede elegir para combatir la violencia y la pérdida de vidas en forma dolosa de cuyo estado de cosas el país, nuestro estado y nuestra tierra de origen, no han podido sacudirse.
Se ha escrito mucho --y estoy seguro de que seguirá escribiéndose en los días por venir— sobre el cobarde asesinato de ABEL MURRIETA. No puede ser de otro modo.
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Y como bien lo apunta el exalcalde FAUSTINO FÉLIX CHÁVEZ, en mensaje al columnista, “no puede quedar a medias (la investigación), y se tiene que hacer rápido”.
En mi opinión, sería un grave error que los partidos políticos se enfrascaran en una guerra política y se desviaran del verdadero objetivo.
Han muerto en un año decenas de políticos, alcaldes, diputados, funcionarios públicos, candidatos, de todos los partidos, si bien, en estados como los de Guerrero y Michoacán, ha predominado la muerte de morenistas sobre la de cualquier otra filiación partidista.
Sin embargo, por cuestiones geográficas, en el norte de la República, las cosas han sido a la inversa.
Un colega y amigo mío, escribió un interesante texto sobre los crímenes políticos en Cajeme desde la primera mitad del siglo XX. Rescata nombres como los de JOSÉ MORENO ALMADA, MAXIMILIANO R. LÓPEZ (EL MACHI); EDUARDO CASTRO LUQUE y el más reciente, el de Abel.
Sin embargo, el contexto en que se dio el homicidio de Abel Murrieta es totalmente distinto al que rodeó el crimen de Eduardo y en, general, a todos los anteriores. Hoy vivimos en medio de una terrible inseguridad y los motivos o causales del asesinato de un político cambia con las fechas y los tiempos.
Me duele decirlo, pero es la cruda realidad: el Gobierno de la República, que tiene el control de todas las fuerzas armadas, ya no tiene el control en muchas regiones del país.
Lo han dicho mandos del Ejército estadounidense. Lo han afirmado funcionarios de seguridad del vecino país del norte. Aún más: hace un par de semanas una agencia de seguridad de los Estados Unidos declaró que México estaba completamente militarizado.
Pero reconoció que, aunque podría hacerlo si lo quisiera, no se ha apropiado del poder.
Sin embargo, este no es el punto: la clave está en la fragilidad en que se encuentra México frente a los grupos armados del crimen organizado a partir de una posición gubernamental que fija su postura en un inactivismo de no provocación con los grupos armados a fin de evitar las masacres.
Con esta mística, el Gobierno deja a la deriva y absolutamente indefensos a los políticos y gobernantes que se atreven a levantar la voz contra los poderes fácticos que ya se adueñaron de amplias franjas de territorio de diversos estados de la República.
Hablemos claro, lector: lo que está sucediendo en el ámbito de la política, es algo que a los periodistas nos concierne y debe de inquietarnos.
Si a algún alcalde electo o en funciones, si a un candidato a alcalde, si a un candidato a diputado federal o local, la delincuencia organizada se atreve a silenciarlos, asesinarlos o intimidarlos, ¿qué podemos esperar los periodistas indefensos como estamos, y en cuyo viacrucis, hemos dejado un reguero de cruces en el largo y azaroso camino de la lucha por la consolidación de la libertad de expresión?
Por lo pronto se reanudan las campañas y, ojalá que ahora sí, hagan hoyos a la vera del camino para enterrar sus diferencias y aprovechen ese respiro de unidad y de paz que la muerte de ABEL MURRIETA, nos dejó a todos.
Cada quién lo ha dicho a su manera, pero sin importar el tono ni las palabras y los adjetivos, lo importante es que ahora parece que les ha caído el veinte de lo importante que es el voto en las urnas.
Los políticos no matan. Digo, los políticos profesionales. Matan los obscuros intereses que con frecuencia aparecen detrás de un proyecto que pretende ser político. Las redes sociales se han inundado de versiones descabelladas y por ahí no es.
Si se le está exigiendo a las autoridades que cumplan con su deber, si la Fiscalía General de Justicia de Sonora, si la propia titular de la Fiscalía se apresuró a fijar su determinación de llegar a las últimas consecuencias, entonces hay que darle a CLAUDIA INDIRA, la fiscal, ese tiempo de gracia y también a CLAUDIA PAVLOVICH la gobernadores, la confianza que siempre nos ha merecido.
Especular, no. No es por ahí.
En fin.
DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ DÉJEME DECIRLO: LA TRAGEDIA DE TODOS CONOCIDA, me tomó desprevenido y algunos temas me pasaron de noche….
Por ejemplo, como si súbitamente despertara de un profundo sueño, me enteré del deceso de mi querido amigo EDUARDO LEAL, a quién recordaré siempre no solo como el amigo sino como el hermano que de la mano me condujo por todos los vericuetos del Seguro Social, e hizo que se abrieran las puertas allí donde no pensaba que pudieran abrirse, en aquellos primeros meses de 2017, en el inicio de mi problema de salud.
EDUARDO LEAL Y YO NOS CONOCIMOS en 1987, cuando ingresé como columnista a TRIBUNA DEL YAQUI. Él era gerente y aunque no era frecuente la relación de la gerencia comercial con el columnista político, esa cercanía se dio por ciertas afinidades periodísticas y literarias entre los dos…
Eduardo salió de TRIBUNA para dedicarse a impresor independiente y durante años dejamos de vernos….
Un día me esperó a la salida de TRIBUNA RADIO (ya extinta), para reñirme cordialmente. De pronto no le conocí. Estaba prácticamente en los puros huesos y me sentí apenado por no estar enterado de su problema de cáncer de cuello, uno de los más agresivos… “¡Atiéndete rápido antes de que sea tarde, que te vea un oncólogo!” … Él ya venía de su viacrucis; para mí, empezaba….
Fueron semanas, sin descanso, día a día ahí me llevaba Eduardo de área en área en la Clínica del IMSS de Ciudad Obregón. “Aquí debes de tener una gran virtud, debes tener paciencia”, me repetía… fui un buen paciente con él hasta que quedé instalado en el área de Radioterapia… Cumplida su noble misión, se regresó a sus cosas y a seguir atendiéndose sus problemas de salud que a veces las secuelas suelen ser peores que la enfermedad original….
Cuatro años después, me entero en medio de la tragedia, que mi amigo EDUARDO LEAL, ha fallecido… De verdad, lamento muchísimo no haber estado acompañándole en sus últimos días… ¡Qué te vaya bien, amigo, Dios te bendiga!...
Y UNA NOTICIA MÁS SOBRE pérdidas fatales: por RAÚL ACOSTA TAPIA me enteré del fallecimiento de ISAUL HOLGUÍN VALENZUELA, que fuera dos veces alcalde del municipio de Yécora … Le conocí en 1997, a través del LIC. MIGUEL ÁNGEL GUTIÉRREZ, en una comida— convivio, con invitados de Ciudad Obregón…
Buen tipo, buen amigo y magnífico presidente municipal, amén de un caballista inigualable, según opinión autorizada del propio Raúl….
Es todo.
Le abrazo.
m.rivastribuna@gmail.com