OPINION

Acoso presidencial

Leviatán

Columna de opinión de César TovarCréditos: Tribuna
Escrito en OPINIÓN el

El periodismo es un oficio en extinción, pero no por lo que aseguran los prestidigitadores del algoritmo de Google, sino porque los riesgos que debe asumir quien lo ejerce realmente son demasiados, y las garantías económicas, sociales y de seguridad, muy escasas.

La precariedad del periodismo es un hecho en el mundo, pero en México se agrava porque el gremio se encuentra en la indefensión; presionado por el crimen organizado y por un sistema corrupto hasta en el menor de sus engranajes, hay que sumarle un nuevo entuerto: la posición radical del presidente López Obrador.

Pese a que éste es el país más peligroso para la prensa (12 asesinatos este año, 37 durante el sexenio), López Obrador insiste en señarla con su dedo flamígero: la cataloga como corrupta, como aliada de sus rivales o como el monigote de oscuros intereses internacionales que buscan disminuirlo.

Al presidente no le interesa que con sus palabras incremente el riesgo de la prensa; se va en contra de las grandes empresas, de conductores de alcance nacional, sin considerar que las principales víctimas, de sus dichos, de las balas y de la precariedad son hombres y mujeres que ejercen el oficio desde una débil trinchera.

Con su ejercicio hacia la prensa, López Obrador demuestra que es un hombre que sólo se ve el ombligo, que cree que toda gira a su alrededor… para perjudicarlo. Victimizarse sin argumento forma ya parte de su catálogo de eufemismos.

Convertido en un sofista experto en crear tempestades, el presidente carece de escrúpulos si de ingeniárselas para que los dramas inicien y terminen en él; en su ego infinito no acepta que otros sean el foco de atención.

Y entonces no hay cosa que ocurra que no forme parte de un intento de disminuirlo. Carente de respuestas y acciones para solventar los problemas del país, Andrés Manuel prefiere causar lástima que respeto.

Lamentablemente, mientras el mandatario pelea consigo mismo por salvar su orgullo, el periodismo libre está en juego, como otros valores que una democracia sana tendría que cuidar con esmero.

Seguimos sin comprender el alcance que tienen las palabras de aquel que debiera unir, no insistir en separar.

@cmtovar